Cuando se habla de la escena hardcore chilena, hay muchos pilares que fueron los esenciales para que el género saliera a flote en plena vuelta de la democracia en Chile. BBS Paranoicos forma parte de esta gran escena, y han trascendido por su garra, dedicación, y sobretodo por el aguante colectivo de su fanaticada en el pasar de los años. Pero entre eso, muchas cosas han ocurrido, y nunca está demás refrescar el tiempo con una buena conversa, aunque esta sea vía telefónica.

Carlos «Oso» Kretchsmer nos habló sobre el lanzamiento del nuevo disco de la banda, «Delusional», en donde la calidad y mezcla fue trabajada con uno de sus exponentes favoritos, y que también contó con un proceso de 20 años en el cual han buscado su camino.

Querría preguntarte por el proceso musical que la banda ha tenido desde sus inicios hardcore en los 90s. Su último disco «Delusional», si bien suena muy bien grabado, la fanaticada ha comentado que ha perdido un poco de sus orígenes. ¿Qué opinas frente a esto?

C: Yo creo que hay dos etapas en la historia de los BBS. La primera entre los tres primeros discos, desde «Incierto Final» hasta «Hardcore Para Señoritas» mas menos, en donde efectivamente teníamos un sonido un poco más rudo, un poco más crudo y de raíz del estilo. Pero también pasamos por un proceso de búsqueda de una sonoridad que nosotros necesitábamos encontrar como banda, entonces los primeros tres trabajos fueron este proceso, de ir armando nuestro propio camino. Coincidió también con la salida de nuestro primer vocalista, Alex Patiño, en el año 99, que nos ayudó un poco a definir más el sonido que querríamos hacer, en este caso con el hardcore melódico. Nosotros nos sentíamos influenciados con bandas como The Descendents, que eran sonidos bien rápidos y bien melódicos.

Ese proceso se mantuvo en el álbum «Algo no Anda» del año 2001, es bien notorio, pero ya luego tenemos dos discos que son más experimentales para nuestro sonido, y yo creo que siempre hemos tratado de encontrar un lenguaje musical que nos permita expresar lo que realmente nosotros queremos. No guiarnos solamente por las herramientas que nos da un estilo particular de música. Entonces en «Capital» y «Antídoto», que son dos discos bien diferentes y que podrían catalogarse como no hardcore directamente. Pero luego tenemos un disco como «Cruces», que sigue siendo super melódico y tampoco es tan hardcore, entonces yo no creo que sea una cosa de ahora nomas, sino un proceso que se inicio en el año 99, y que va a cumplir 20 años.

Si, se entiende que es un proceso que se basa en la sinceridad, pero la sinceridad en sus letras respecto a temas de actualidad y política ¿Se han mantenido vigentes?

C: Como la característica esencial -hasta la fecha- que nos diferencia con otros grupos, es que nosotros somos una banda existencialista. Nosotros tratamos temas sobre la forma en que las personas viven o desarrollan su existencia, y tratan de sobrevivir en un mundo que-en general- es hostil. Entonces, tratamos de mantener una opinión personal, antes de dar recetas, o cantar slogans que estén en boca en determinados momentos. Cada uno de nosotros tiene sus convicciones super fuertes, pero nos gusta expresar y centrarnos en este proceso vital, al tratar de salir adelante como mejores personas.

Siempre hay temáticas que durante las décadas están más fuertes en el país. Quiero saber tu perspectiva sobre el feminismo, las irregularidades del gobierno de Piñera ¿Cómo están planeando ideas musicales respecto a esto y manteniendo sus posturas? Esto en base a que después de 20 años, no todos piensan igual.

C: Claro, nosotros somos gente que básicamente tenemos concepciones de izquierda, por lo tanto compartimos muchas de las demandas que otros niegan. O sea, plenamente identificados con las demandas sociales-ya sean el feminismo o los marginados- de la sociedad en la que vivimos. Siempre hemos luchado por construir un mundo mejor, que sea más justo, solidario y más humano.

Nuestra opinión sobre el feminismo, claro, absolutamente lo apoyamos, y compartimos que tiene que haber igualdad. Abogamos por la igualdad entre las personas, por la justicias sociales en cierta forma. En el último disco tenemos una canción en donde hablamos sobre una de estas temáticas, que se llama «Daño Permanente», que habla sobre los abusos de poder que hubieron en la iglesia,  inspirada en los relatos de las victimas de Karadima. O sea, si recogemos ciertas problemáticas en las letras, pero en general nuestro punto de vista es como nos sentimos frente a ciertas cosas, y no siempre somos tan explícitos en decir que cosas. Buscamos que la gente se de cuenta de que tratan los temas de los cuales nos estamos refiriendo, al transmitir una atmósfera determinada sobre una situación en particular.

Nosotros somos mucho de escribir discos conceptuales, llevamos hartos albumes que tratan de un tema en particular cada uno. «Capital» es sobre la vida en una metrópolis como Santiago, con todas sus problemáticas, y «Antídoto» que es totalmente sobre el desamor.  Y luego vienen otros con temas más densos como «Cruces», que habla sobre la muerte y la trascendencia, y «Delusional» que habla sobre trastornos mentales. Este último disco está centrado en eso, el cómo el ser humano se ve afectado a un mundo absolutamente hostil, y las consecuencias que uno acarrea el día a día, o para tu capacidad mental en el sobrevivir en un mundo así. Yo creo que estamos todos enfermos en esta sociedad en la cual vivimos.

¿Cómo fue la experiencia de grabar este disco con uno de sus mayores exponentes, Bill Stevenson de The Descendents?

C: Nosotros a estas alturas del camino, teníamos dos opciones para hacer un disco. Una era hacer uno nuevo acá y centrarnos en cómo funciona el mercado acá, en términos de grabar en un estudio que nos convenciera, y sacar buenas canciones manteniendo la misma linea. O ponernos un desafío como banda, el proponer eso a la edad que tenemos era difícil, porque implicaba un esfuerzo económico gigante, un esfuerzo de tiempo, el postergar varias situaciones personales de cada uno, y exigirnos como músicos.

Sabíamos que llegar a grabar a EE.UU con Bill Stevenson era una exigencia mayor, en donde todos los detalles iban a ser super bien cuidados. Además de compartir con Bill y de recibir conocimientos nuevos a partir de la experiencia con él, uno aprende mucho, y eso era súper atractivo para nosotros. Ahora, también nos daba un poco de miedo de lo desconocido, no sabíamos a que nos íbamos a enfrentar, o si íbamos a ser capaces o no de dar con las normas que nos estaban pidiendo. Pero afortunadamente, a Bill lo conocimos acá cuando tocamos con The Descendents en Santiago, y él nos explicó que ir a su estudio a grabar no era algo netamente comercial, sino que era algo que ellos ponían su visión particular con las bandas que producían, ellos tenían una especie de curatoría, osea que escogían con quienes trabajaban. Y la impresión que le causamos en ese concierto fue tan buena, que acordamos ese día en realizar en 1 año más un disco allá.

Y claro, fue super motivante para nosotros. Llegar allá fue difícil, y estar allá fue más difícil todavía, porque tienes las barreras del idioma y las exigencias que nos pusieron, pero fueron super profesionales y acogedores. Nos ayudaron de mil maneras, nos enseñaron muchísimas cosas, y nos sentimos super agradecidos de lo que aprendimos de Bill y su equipo de trabajo allá en su estudio. Entonces nos sentimos fortalecidos, sentimos que crecimos como banda y que logramos un disco a un nivel superlativo a cualquier cosa que habíamos hecho antes, a un nivel internacional, esto nos permite plantearnos otras metas, tratar de llegar a otros países, llegar a ciudades a donde nunca hemos tocado, y seguir activos con la banda.

La banda celebrará el lanzamiento de su último disco este 1 de septiembre en Blondie, en donde podremos escuchar el álbum en su totalidad, y también desquitarse con los clásicos. Las entradas se pueden conseguir por sistemas Ticketplus (https://ticketplus.cl/events/bbs-paranoicos-discoteque-blondie)