Si no fuese por los documentales sobre la música, muchas cosas estarían aún escondidas para la mayoría de la gente, con todo sus componentes y peculiaridades, que hacen que esta sea una manera más impactante y versátil de mostrar al mundo como funcionan las cosas dentro de las escenas musicales. Angela Boatwright hace 3 años se atrevió a indagar la escena punk latina de Los Angeles, y la sorpresa que se llevó, la hizo recapacitar sobre muchas visiones y posturas de ella misma. Su documental “Los Punks: We Are all we Have”, nos introduce a la escena de los patios, y de las alocadas tocatas punk que son organizadas por la enorme unión de gente latinoamericana que está formándose en los sectores alejados de la ciudad. Tuvimos la oportunidad de conversar con ella respecto a la producción del documental, los desafíos de mostrar este mundo a los espectadores, y además de algunas reflexiones sobre la actualidad de lo latinos en este mundo tan intolerante.

Primero que todo Angela, muchas gracias por darnos la oportunidad de hablar contigo

A: Si, muchas gracias

Hablando del documental, ¿Qué fue lo más desafiante de grabar este documental centrado en la escena de Los Punks?

A: Hubo muchos desafíos. Honestamente los punks en Los Angeles, está compuesto por una comunidad enorme de población latina, entonces eso deriva a que cada uno de ellos participe en cada tipo de escena musical existente en la ciudad. Sea hip-hop, indie rock, rock and roll, hay muchos latinos en todos los tipos de shows. Y debe haber -probablemente-como 10 escenas musicales del punk, en donde la que elegí- “Los Punks”- es una sola, de toda la camada de movimiento punks que existen actualmente, y me enfoque en esa. Hay una comunidad entera del género powerviolence, que trata de canciones cortas, con mucha rabia e intensidad, que provoca muchos moshpits.

Lo más difícil, fue lidiar con los mismos punks de este grupo, porque eran jóvenes de 15 años, los cuales estaban muy despreocupados. Uno que de repente tenía que contactarlos para grabar tomas o las entrevistas del documental, se daba cuenta que ellos no les importaba aportar (risas), incluso algunas veces tuve que rescribir el número de uno, como cinco veces, y siempre-por alguna razón- cambiaban sus celulares. Al final, uno los tenía que buscar en los shows, y ahí mismo hacerles el proceso del documental y los demases. Tratar de hacer una agenda con ellos era casi imposible, pero bueno, esto es parte de hacer un documental.

Los Punks fue la escena musical que escogiste como base de este documental ¿Qué te llamó la atención de esta escena en específico?

A: Yo viví en Nueva York por 19 años, y me moví a Los Angeles sin ninguna meta, solo querría cambiar de ambiente. Después quise investigar al respecto del lugar a donde me iba a mudar, porque se sabe que Los Angeles es una ciudad muy legendaria del punk, en donde muchas bandas históricas del género han salido de ahí. Un día me pregunté a mí misma, y empecé a buscar en Internet, ¿Qué están haciendo los adolescentes ahora? Estaba investigando y leyendo artículos online, cuando de repente me encuentro con dos reportajes muy interesantes, que era del medio L.A. Weekly, que hablaban de las tocatas que se hacían en patios en el sur de California. Yo venía de Nueva York, en donde no había shows en patios, porque allá no hay patios (risas), yo encontraba muy cool esto, y era diferente. Después aprendí que para la gente que crece en esta ciudad, los patios son comunes, casi como una cosa cotidiana. Entonces empecé a conocer a punks, y me llevaron a muchos de los shows y fue la raja.

Todo era muy cool, al primer show que fui, fue en una casa que estaba a punto de romperse, toda la estructura estaba para la cagada. Incluso en la entrada, había un viejo en silla de ruedas que-al parecer- era el dueño de la casa.  Después fui a la parte trasera, y había todo un movimiento entre las bandas. Había mercancía de los mismos grupos (Logos, parches, etc.) que las vendían, y aparte una gran asistencia de público, a un tope enorme. Eran muy jóvenes, y las bandas eran intensas, y les importaba muy poco las condiciones en que un escenario o lugar estuviera, solo querrían tocar. En la primera presentación, estaba uno de los bateros, sentado en una silla de mala calidad, pero aún así tocaban con la velocidad y ganas.  Y después el segundo grupo que se sumó se llamaba Skanja- una mezcla de Ska con Ganja- y ¡eran muy buenos! Todas las bandas que vi eran distintas, algunas con reggae, ska, y algunas cantando en español. Todo me hacía pensar que estaba ya en mis cuarentas, y esto ya me ya estaba encantando. Y eso es muy importante

Tu mencionaste que te llamó la atención saber que hacían los chicos de hoy en día. El metal estuvo en tu vida la mayoría del tiempo, con un poco punk rock. ¿Cuál crees que es la diferencia entre la juventud que viviste y la de Los Punks?

 A: Crecí con una cantidad grande de amigos que eran muy locos. Personas que estaban involucradas con las pandillas, delitos, etc. Uno de mis amigos una vez le disparó directamente a la TV apropósito…

¿Así nomás como si nada?

A: si, conocí a otro también que fue arrestado por tratar robar una tienda con cuchillos. Pero bueno, tú sabes, gente con muchos problemas, que tenía complicaciones con su familia, y sus padres eran una mierda igualmente. Tenían esa actitud de “vete a la mierda”. Eso es muy similar a la actitud y escena del punk.

Hay muchas razones por la que la gente se unía a estas comunidades, y una de esas era la falta de un cariño o cercanía, que no tenía con sus familias. La mayor diferencia que percibí con la escena punk de mis años con la de Los Punks, fue netamente una cultural. Porque en Los Angeles es sobre el 50% de población latina, pero en dentro de los pueblos y calles marginadas de la ciudad supera al 96% de gente latina. Uno puede vivir y hablar en español fácilmente en estos lugares. Y dentro de estos lugares están ocurriendo cosas que- políticamente y socialmente-, están siendo muy comunes acá. Muchos problemas raciales, económicos y también los diferentes ambientes en donde estos de desenvuelven.  Pero eso no te lo podría explicar muy detalladamente, siendo que yo no vivo o he vivido en esos lares, y mi perspectiva sería muy poco fidedigna. Pero dentro del problema de lo que-por ejemplo- Trump se habla, hay problemas mucho más cercanos que ese. Dentro de esta escena hay jóvenes muy activos en la política o en el discurso, y otros que no, pero aún así hay una voz mutua que se comparte, y eso lo hace especial.

Para finalizar Angela, ¿Hay alguna intención de visitar país o lugar de Sudamérica el cual quieras visitar o investigar musicalmente?

A: Hice mucha investigación sobre México para hacer este documental, y cuando estuve en Colombia, estuve aprendiendo de a poco muchas cosas. Pero, créeme, investigar a la escena punk entera de Latinoamérica sería un gran proyecto, y encontraríamos muchas similitudes. La represión policial es igual en todos lados, y siempre se puede aprender algo nuevo sobre estas problemáticas alrededor del mundo.