Por María Fernanda Verdugo
Fotos: Ramiro González
El proyecto de Julian Casablancas se presentó la noche del sábado en el Club Amanda, en búsqueda de una revancha luego de que sus shows del 2014, en el Club de la Unión y Lollapalooza de ese año, fueran bombardeados y condenados por la crítica. A tres años del debut en los escenarios locales, calificado como desprolijo y decepcionante, la banda regresó con varios años de entrenamiento sobre los escenarios, con un disco a sus espaldas y con otro ya en formación, enmarcados en su gira “Hollywood Bolívar Tour” con la que visitarán Colombia, Chile, Brasil, Argentina y Uruguay.
Definitivamente fue un espectáculo que causó mucho menos revuelo previo, en comparación con sus presentaciones anteriores, lo que se manifestó en el poco público en que llegó hasta el Amanda. Sin embargo, las expectativas de los fieles fanáticos que llegaron hasta el recinto eran altas y se preparaban para darle una tercera oportunidad al líder de The Strokes. Se dice que la tercera es la vencida, premisa que, a pesar de todo, no se cumplió la noche del sábado.
Promiseland y Rey Pila fueron los encargados de preparar el ambiente en un recinto que finalmente no alcanzó a llenar más de la mitad de su capacidad. Las bandas invitadas comenzaron a las 19:00 y 20:00 horas, respectivamente, y pasadas las 9:30 arrancó finalmente la presentación Julian y sus camaradas.
Acompañados de gráficos retrofuturistas y psicodélicos, el show comenzó con “Wink” y “We’re Where We Were”, dos canciones recientemente estrenadas que fueron sutilmente gozadas por el público. Durante el transcurso de la interpretación de esos dos temas y la que siguió, “Father Electricity”, lo que se pudo observar sobre el escenario fue un Julian Casablancas un tanto incómodo, problemas técnicos evidentes y una banda a la que parecía no importarle. Este accidentado inicio dio cuenta de una acústica del local bastante precaria, factor que les jugó en contra durante toda la participación y que se transformó en sonidos ásperos y desprolijos.
Durante la mayor parte del tiempo del show, la atmósfera vivida entre los asistentes se dividía entre quienes, enérgicos saltaban y se acercaban al escenario, casi como queriendo tocar a Julian todo el tiempo, y otra mitad formada por quienes miraban el show como si hubieran llegado al Amanda sin saber que esa noche tocaba la banda.
Entre los temas que siguieron, la mayoría marcados por esta atmósfera estridente, destacaron “M.utually A.ssured D.estruction«, “Nintendo Blood” y «Where No Eagles Fly”, pertenecientes a su primer disco Tyranny (2014) y que dejaron en evidencia a aquellos fans que siguen al vocalista y su proyecto desde sus inicios.
Con este concierto, Julian demostró, sin dudas, la versatilidad que posee para desenvolverse tanto en proyectos como géneros musicales distintos. A pesar de querer dejar claro que su carrera musical va más allá de su trabajo con The Strokes, este proyecto marcado por la psicodelia y la distorsión no deja de ser interesante, pero no ha sido capaz de consagrar al músico y liberarlo del fantasma de su banda inicial.
En esta segunda presentación en Chile con The Voidz, es merecidamente rescatable lo fieles que se han mantenido a una estética y estilo particular, mostrándose sobre el escenario como una agrupación en la que reman todos para el mismo lado, independiente de si los resultados satisfacen al público o no.
A pesar de haber cerrado la noche con un encore de más de diez minutos, con la interpretación de su pieza más pulcra, «Human Sadness«, Julian Casablancas & The Voidz no terminó de saldar la deuda que tenía con el público local. Si bien demostraron ser una banda mucho más consolidada y con experiencia, su show dejó nuevamente un sabor agridulce.
SETLIST
1. Wink
2. We’re Where We Were
3. Father Electricity
4. M.utually A.ssumed D.estruction
5. Aliennation
6. Nintendo Blood
7. My Friend The Walls
8. Coul As A Ghoul
9. Business Dog
10. Where No Eagles Fly
11. Human Sadness
