Por Bayron Ríos

Fotos Juan Kattan – @kattan.ph

Desde que se anunció el regreso de Turnstile a nuestro país, se supo inmediatamente que sería uno de los grandes imperdibles de la cartelera musical del año, por lo que no resultó novedad encontrarse con una senda fila al momento de ingresar al recinto ubicado dentro de un mall capitalino. Y es que la banda oriunda de Baltimore está cosechando los frutos brindados por sus años de carrera y por lo realizado con el aclamado “Glow On” (2021), sumado a sus enérgicos y caóticas presentaciones, el nerviosismo y la ansiedad por el concierto era palpable en cada uno de los fanáticos que repletaron el lugar.

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Juan Kattan – Kattan.ph

Con un casi repleto Basel Venue, los encargados de calentar los motores fueron los nacionales Mano de Obra. A punta de mosh y brutalidad, los de Quilicura repasaron su último ep llamado “Con*Ten*Sion” (2024) y sus mejores éxitos, demostrando el porqué son uno de los mejores nombres dentro de la escena hardcore nacional.

 

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Una vez finalizado la presentación de los nacionales, el arribo de Brendan Yates al escenario era solo cuestión de minutos. Mientras el público se acomodaba hacia las primeras filas y llegaba más gente producto de una avalancha en la entrada al recinto de Independencia, música envasada de corte funk setentero amenizaba los instantes previos al comienzo del show. Pero al momento de sonar la clásica Roland TR-808 y la aterciopelada voz de Whitney Houston con “I Wanna Dance With Somebody”, los fanáticos se volvieron locos. Era la señal inequívoca que el show iba a comenzar.

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Juan Kattan – Kattan.ph

Los sintetizadores que recorren el “Glow On” le daban la bienvenida a Yates, Franz Lyons en bajo, Daniel Fang en batería y Pat McCrory en las seis cuerdas, junto a Meg Mills como segunda guitarra, quienes iniciaron la sesión con “Mystery” seguida de “Endless”, dos tremendos hits que desataron una verdadera guerra en el recinto. El público saltando de un lado a otro, armando mosh, una verdadera locura que se vivió durante los primeros minutos del concierto y que fue la tónica que se mantuvo a lo largo de todo el set.

Yates, como buen maestro de ceremonias, se adueñaba del espacio moviéndose por todo el escenario, bailando y saltando, manejando al público a su antojo. La esperada “Underwater Boi” le bajaba un cambio a la intensidad del concierto con todo el público coreándola, mientras el cantante tomaba un cartel entregado por un fan con “underwater” escrito en el y se tapaba la cara entonando las últimas estrofas de la canción.

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Juan Kattan – Kattan.ph

También hubo espacio para revisar el álbum “Time & Space” (2018) con las potentes “Real Thing” y “Big Smile”, con el mosh ya dominando todo el centro del lugar. “New Heart Design” ponía nuevamente a cantar a todo el público. Cuando la falta de agua y el cansancio por las ininterrumpidas sesiones de mosh se apoderaban del espíritu del público, el excelente solo de batería de Daniel Fang llegaba a transar una tregua momentánea entre los dos actores de la velada pero que finalizó rápidamente con la emotiva “Blue by You”.

El tramo final del concierto fue un hermoso caos que comenzó con “Blackout”, en donde la parte final de la canción se sintió como una bomba que explotaba en medio del recinto. Una de las grandes postales de la jornada llegaba con la melancólica “Alien Love Call”, que trajo el momento de necesaria calma, una recarga de energía para lo que serían los minutos finales del concierto.

Toda esta calma era interrumpida nuevamente con la brutal “Holiday”, con los fanáticos saltando y empujándose como maniacos, una última prueba antes del gran jefe final. El gran cierre del concierto no podía ser menos que con “TLC (Turnstile Love Conection)”, canción que literalmente hizo estallar a todo el Basel Venue, con sendos mosh en todos los espacios del recinto y que también contó con la clásica bengala que le dio el cierre perfecto a la intensa presentación de los estadounidenses.

Lo de Turnstile fácilmente quedará el podio de lo mejor del año, la potencia de la banda sumado a la gran entrega del público fraguó para entregar un concierto brutal en todo aspecto. Aunque los más puristas pongan el grito en el cielo respecto al vuelco “pop” que ha tomado la banda (algo natural tomando en consideración el vuelo que está tomando la banda), lo de anoche fue una verdadera cátedra del hardcore, en donde la música y la fraternidad, las aristas más importantes del género, fueron las protagonistas. Si bien el lugar donde se realizó puede dividir las aguas, lo sudado y lo bailado no lo quita nadie.