Por Ignacio Bataller

Fotos por Rubén Gárate – Chargola Prod.

Finalmente sucedió: uno de los shows más anticipados del año, con el tan esperado debut de los alemanes de Obscura y el regreso de los griegos de Septicflesh. Juntos, lograron conmocionar al Teatro Cariola en lo que yo consideraría una de las fusiones de conciertos más exitosas que haya presenciado el público chileno.

La noche tuvo un comienzo bastante agitado, con un cambio en los horarios de entrada del público y de salida de las bandas que acortó los tiempos entre ellas, generando mucho movimiento en el escenario. Sin embargo, excepto por un pequeño percance con un micrófono durante la primera banda, la noche transcurrió de manera bastante fluida.

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La velada comenzó alrededor de las 18:40 con la actuación de la banda nacional Proyector. En los primeros momentos de la primera canción, el micrófono del vocalista se apagó brevemente, pero este problema se solucionó rápidamente. La banda fue la encargada de dar la bienvenida al público a medida que ingresaba al teatro, y ofrecieron una actuación que estuvo a la altura de abrir la noche.

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Justo después de la primera banda, llegó la segunda actuación de la noche, con Radamanthys, una banda originaria de Concepción. Ellos se encargaron de revitalizar al público presente, que los recibió con mucho entusiasmo, dejándolos en un lugar destacado para el final de su actuación.

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Cerca de las 21:00 horas, finalmente llegó el muy esperado debut de Obscura, y si tuviera que describir su actuación, en una palabra, sería «demoledora». La banda es una maquinaria perfectamente afinada que no comete errores. Cada sección de batería, cada riff, todo está meticulosamente calculado, creando el mejor death metal técnico que se puede escuchar.

Obs

Desde «Forsaken» y “Akroasis” hasta “Ocean Gateways” e «Incarnated«, los alemanes interpretaron lo mejor de su repertorio ante un Teatro Cariola que los recibió como si fueran el acto principal desde el primer momento.

Sep

A las 22:00 horas, finalmente, los griegos de Septicflesh regresaron a Chile y ofrecieron lo que mejor saben hacer: crear un sonido orquestal y caótico que, en palabras de su líder Spiros Antoniou, invita a la destrucción.

«Portrait of a Headless Man”, “Neuromancer«, «The Vampire from Nazareth«, «Martyr«, la poderosa «Prometheus«, «Persepolis» y la épica «Anubis«, fueron algunas de las canciones que la banda interpretó, y el público entregó su máximo esfuerzo, incluso participando en una impresionante «wall of death».

La calidad del sonido y la producción escénica de esta banda son realmente espectaculares. La integración perfecta de los elementos de orquesta con el sonido en vivo de la banda le proporciona una identidad única. Comandaron al público durante todo el concierto, haciendo que se sintiera como si estuviera presenciando una orquesta en acción.

En este tipo de espectáculos, los cambios de horario y los retrasos son situaciones que pueden surgir, pero lo importante es cuán eficientemente se pueden resolver. Durante esta noche, se manejaron de manera efectiva, permitiendo que las cuatro bandas brillaran y ejecutaran sus actuaciones sin problemas, creando así una inolvidable noche de Halloween.