Por Ignacio Bataller

Foto por Spider prod.

La banda sueca de doom metal finalmente hizo su debut en Chile en el Club Chocolate, que ya había experimentado el género a principios de este año con Swallow the Sun. Esta vez, el club recibió a otras leyendas del género en su debut en el país.

La banda finalmente llegó a Sudamérica como parte de la gira promocional de su último álbum «Under a Godless Veil«, el cual, aunque fue lanzado en 2020, no pudo ser promocionado adecuadamente debido a la pandemia. Durante estos años, la banda ha estado de gira para compensar esta situación.

A las 19:00 hrs, se abrieron las puertas del Club Chocolate para permitir la entrada al concierto. Como en cualquier debut de una banda histórica, se podía sentir la ansiedad en cada persona que ingresaba rápidamente para encontrar su lugar en el recinto capitalino.

A las 20:00 horas en punto, los músicos de Poema Arcamus se dirigieron al escenario para inaugurar una noche llena de doom. La banda presentó su propia interpretación de doom gótico en un set que constó de solo cinco canciones, pero que logró cautivar a la audiencia de un Club Chocolate que ya se encontraba bastante lleno.

A las 21:00 horas, finalmente, Draconian hizo su esperado debut en Chile. Desde los primeros acordes de ‘The Sacrificial Flame‘, los suecos conquistaron al público chileno. La banda ofreció un rendimiento excepcional durante todo el concierto, mostrándose como una máquina perfectamente sincronizada, donde cada componente funcionaba a la perfección.

Decir que Lisa Johansson se adueñó por completo del concierto sería un eufemismo. La cantante dejó a todos los asistentes del espectáculo completamente impresionados con su interpretación en cada canción. No solo su nivel vocal fue impecable, sino que también su conexión con el público cautivó a todos, algo que el resto de la banda también replicó.

Cada canción interpretada durante el concierto, desde ‘The Sethian‘ y ‘Sorrow of Sophia‘ hasta ‘Elysian Night‘ y ‘The Cry of Silence‘, fue aclamada con entusiasmo. Era evidente que el público nacional había estado esperando con ansias la llegada de Draconian.

La sinergia que existía entre los miembros de la banda y su conexión con el público, junto con la innegable calidad de la propia banda, hicieron que las casi dos horas de concierto volaran rápidamente. Cada riff y cada nota alta de Lisa recibían ovaciones del público, dejando claro que todos querían más de esta banda.