Por Ricardo Casas-Cordero

Quien alguna vez pudo haberse imaginado que dos bandas icónicas del rock y de épocas distintas compartirían el mismo escenario en un show, y que además esto ocurriría en Chile, seamos francos, muy pocos.

Lo que se estaba escribiendo el 29 de septiembre no es más que historia pura, por un lado, The Who en su primera visita a nuestro país con más de 50 años de historia, discos que marcaron épocas y miles de seguidores en tierra nacional esperaban con ansias alguna vez tener la oportunidad de verlos tocar en vivo. Y por otro lado tenemos a Guns N’ Roses, pero no cualquier formación, además de Axl Rose quien ha llevado la batuta de la banda desde sus inicios esta vez y al igual que el año pasado venía acompañado de dos pilares fundamentales del grupo en su mejor época: Slash y Duff Mckagan.

Dos épocas distintas unidas en un solo escenario, la mezcla perfecta en un día que quedará marcado en la vida de los fans y del rock en tierras nacionales.

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Tyler Bryant & the Shakedown: Potente debut

Para la mayoría unos desconocidos Tyler Bryant & the Shakedown tenían la difícil tarea de abrir el show y lo hicieron de manera notable, con un sonido que rozó la perfección, un público respetuoso y que con el correr de los minutos una parcialidad de este (sobre todo en el sector de cancha) demostraba un entusiasmo notorio cuando Tyler tomaba la palabra e interactuaba con él público. La banda interpretó temas como: “Weak & Weeping”, “Criminal Imagination” o el cover a Ann Cole con “Got my Mojo Working”, mostraron una banda cohesionada y que sonó muy bien en los casi 40 minutos que estuvieron sobre el escenario del estadio Monumental.

Fue un setlist acotado pero bastante sólido, un público que fue de menos a más y estuvo a la altura de lo que vendría más adelante, un día lleno de rock.

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The Who: La larga espera ha llegado a su fin

Pasada las 18:30 un pedazo de historia inmensa se escribía en el estadio Monumental, hacía su ingreso al escenario una de las bandas de rock más grande de la historia, más de 50 años de trayectoria se hacían presentes en un show que rozaría la nostalgia y las emociones más recónditas en los fanáticos de The Who.

El puntapié inicial lo dio I can’t Explain y desde el primer riff la fanaticada de The Who se sentía enfervorizada. The Seeker fue otra bocanada de riffs potentes y la voz de Roger Daltrey se escuchaba impecable y llena de pasión, como si los años no pasaran en vano y su calidad vocal se mantuviera intacta, a pesar del paso de los años. Peter Townsend y sus rffs comenzaban a generar ecos alrededor del estadio, y que provocaría un estallido con Who are You, uno de los tantos hits de la lista de los ingleses en el Monumental.

Lo que más sorprende es que a pesar de los años de trayectoria de The Who, la banda aún mantiene esa mística, en especial tocando en vivo, se sienten las vibraciones y esa cercanía entre la banda y el público, temas como My Generation, y pasando a la nostalgia con Behind Blue Eyes.

Daltrey y cía. ya a estas alturas tenían al público bajo en la palma de su mano, el éxtasis era generalizado, junto con Zak Strakey (Hijo de Ringo Starr) en la batería, también fue un punto alto durante el show. Su potencia y entrega en el escenario es algo para debemos destacar. The Who tuvo momentos para interactuar con el público, pero lo que realmente motivó es que ellos lo hicieron a través de su música y con eso bastó.

Otros éxitos mostrados en Santiago Rock City fueron: Pinball Wizard, The kids allright, y Baba O’Reiley, temas que continuaron llenando de rock los aires del Monumental. The Who realizó un show de casi hora y media, con eso bastando para mostrar un gran set de canciones a un público que terminó satisfecho y llenando de aplausos a Pete Townsend y compañía en un momento inolvidable vivido en suelo chileno.

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Guns N’ Roses: Nos vemos las caras una vez más

Que los Guns vengan a Chile con 3 integrantes originales, siendo estos los que levantaron los cimientos del Hard Rock de los años 80, es algo histórico, pero que venga 2 años consecutivos es sencillamente de otro mundo. El show mostrado por la banda de Hollywood fue completo de principio a fin, mostrando su gran trayectoria ochentera y noventera, dándole espacio a su último disco editado el año 2008. Todo partió con It’s so easy, pasando por Mister Brownstone, Welcome to the Jungle, y dando lugar también a temas como Better y Chinese Democracy, hacían que el tiempo no parara en ningún momento ni tampoco dieran respiro al público. Este setlist fue más extenso y completo a su última presentación, incluyendo otros hits como Coma, Estranged y la clásica November rain.

Que podemos argumentar sobre su puesta en escena, simplemente fue fantástica, con fuegos artificiales incluidos, un Axl Rose que hay que decirlo su calidad vocal ha mejorado en el último tiempo aunque duele decir que no es el mismo de la época dorada de la banda, pero aun así se agradece que siga poniendo todo el talento y el desplante sobre el escenario. Además se agradece que haya podido limar asperezas con Slash, ya que ver a ese par en un escenario es soberbio, la lista de canciones que fueron nada más y nada menos que 31 canciones, incluyendo variados covers, causando más impacto en el público Black Hole Sun de Soundgarden, homenajeando al recién fallecido Chris Cornell.

Slash también tuvo su tiempo para lucirse tocando el clásico cover del padrino o algún solo improvisado y agregando partes de Johnny Be Good o Wish You Were Here de Pink Floyd.

Guns N’ Roses es sinónimo de espectáculo, un gran derroche de energía de parte de la banda y con un extenso setlist.  Para finalizar su gran show, Paradise City fue la encargada de rematar su concierto con un gran juego de luces y fuegos artificiales, dando algarabía generalizada de parte del público que terminó satisfecho con ver nuevamente a Guns N’ Roses en un escenario chileno.