Por Franco Bozzo

La simple existencia de “A New Wave of Violence» es un milagro. El álbum debut de Head Wound City ha llegado después de 10 años luego de su único EP de siete canciones. Pero esto no quiere decir que los miembros del grupo no se hayan dejado estar.

El mayor nombre claramente es Nick Zinner, guitarrista de los Yeah Yeah Yeahs, el cuál da un gran salto a una banda que pensábamos que jamás pensábamos a la que iba a volver. Head Wound City se siente como su manera de expresar algo más visceral y hasta, sangriento. Esto no quiere decir que los demás integrantes del grupo no lo hagan. Justin Pearson y Gabe Serbian de The Locust, los cuáles, desde el EP de HWC, han estado técnicamente en treinta bandas donde podemos escuchar los sonidos más agresivos que jamás pensamos apreciar. Pero es de Jordan Blilie y Cody Votolato de Blood Brothers, de los cuáles podemos apreciar la mayor influencia. Los gritos de Blilie están desde principio a fin, e incluso, es difícil de diferenciar el cambio de voz desde sus primeros trabajos. En este álbum, hace uso y abuso de su voz por el bien del disco, pero lo reduce un poco en «I Cast a Shadow for You» y «Love is Best». Estos dos tracks en comparación, son los más lentos de la banda en su pequeño catálogo, y los que nos brindan un pequeño descanso luego de que el tornado continúe.

Podemos notar que los integrantes ya no son los jóvenes de antes, pero la agresividad y pasión no se ha ido. Incluso se podría decir que la edad, les ha dado aún más cosas por las que estar enojados. El álbum claramente suena mejor que el EP, gracias al toque de Ross Robinson, el cuál tiene años y años de experiencia. Las guitarras se enredan entre sí, y saber cuál es de Votolato, y cuál es la de Zinner, es la pregunta de todos. Cualquiera que sea, sabemos que ambas están tocando lo más fuerte y rápido posible. Sin embargo, las baterías de Gabe Serbian son uno de los puntos más destacables del álbum. «Scraper» se siente como si él te estuviese subiendo lentamente en el Xtreme Fall de Fantasilandia,
para luego dejarte caer a toda velocidad.

El álbum se nos acaba con solo 25 minutos, pero no pierde ningún segundo. ¿Es esto punk?, ¿es esto hardcore?. ¿A quién le interesa?, A New Wave of Violence es una perfecta inyección de energía hecha por algunos de los mejores. Hay que sentirse felices de tener este disco, porque no sabemos si habrá algún disco más de esta banda, sabiendo lo ocupados que están los integrantes. Afortunadamente, cada miembro contribuye a otros proyectos que se rehúsan a ocupar un género. Pero escucharlos a todos juntos, es un placer muy brutal.