Apenas se anunció el show de los norteamericanos Spoon las expectativas comenzaron a elevarse. Y es que tras ocho discos de estudio y más de veinte años de carrera, lo que conocíamos de sus shows en vivo era solo en registros de vídeo y bootlegs colgados en la web.
Las expectativas aumentaban si comenzábamos a mirar las notas de prensa que lo catalogaban como uno de los mejores shows en vivo de los dos mil y con cada uno de sus discos rankeados entre lo mejor del años por medios como Pitchfork.
Sabíamos y conocíamos que sus ocho discos los han trasformado en una banda de culto, no solo por el ejercicio de enarbolar la bandera del indie de guitarras a lo más alto (en calidad y en propuesta) sino también porque en más de veinte años han sorprendido con discos que destacaron un sonido directo, de arreglos efectivos y detalles con vocación pop.
El show en la Ex OZ empezó con “Rainy Taxy”, perteneciente a la última entrega “They want my soul”, lo que sirvió para presentar las armas de la banda: juegos de guitarra en overdrive, una base rítmica con arreglos secos, precisos, armonizados con mucho criterio y teclados en clave piano usados para abrir la frecuencia de la crudeza y energía de la banda.
A los cerca de cuatro minutos que duró el primer corte ya sabíamos en lo que nos habíamos metido: un show de una banda con la energía de unos quinceañeros y la sapiencia y criterio de armar canciones que no dan vueltas innecesarias ni que sufren con arreglos pretenciosos.
En cuanto al set list, se destaca que en la elección de canciones no abundaran los singles, sino que las canciones que debían estar por estructura y sentido de show. Esa mezcla de canciones como “My mathematical mind” o “Anything you want” dejaron en claro lo clave que es cada uno de los engranajes de la banda y cómo sus composiciones también comienzan desde los teclados.
El show cerró con la excelente “The Underdog”, canción con la que suelen terminar sus conciertos, y es que a esa altura el público ya estaba entregado a Britt Daniel y compañía, por lo que todo fue fiesta y celebración.
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