Por Alexis Paiva Mack
Fotos por: Pedro Mora
La cita inició con una puntualidad exacta. Un teatro a máxima capacidad gritaba de manera desesperada para que la vocalista Nina Persson subiera al escenario. Con una capa negra en su espalda, la energía de la cantante es especial, con 44 años de edad mantiene la frescura y vitalidad que mostraba en los inicios de la banda.
Cuando se escuchó la dulce voz de Persson el recinto pareció quedarse mudo. De una u otra manera, la cantante dominó al público de manera única, llegando incluso a callarlo gentilmente las veces que consideró necesarias. Erase / Rewind fue la primera canción de la noche, instancia en donde la mujer introdujo sus delicados movimientos frente a una multitud de fotógrafos y asistentes que inmortalizaban el momento en sus teléfonos celulares.
Luego de escuchar ensordecedores aplausos y más de una declaración amorosa, la sueca realizó un gesto para comenzar Little Black Cloud, una de las canciones más icónicas de su último álbum Super Extra Gravity (2003). Mientras un agitado grupo de personas saltaba en el sector central de la cancha, se escuchaba amplificada la frase “the music wants me tonight” (“la música me quiere esta noche”).
Con una precisión casi estratégica, la agrupación sueca siguió con You´re the Storm, Feathers and Down, Live and Learn y For what it´s worth para generar una mayor cercanía con los asistentes, quienes se mostraron nostálgicos y apasionados frente a la escena.
Más tarde llegó el momento de Hanging Around de Gran Turismo (1998), usualmente considerado el álbum más oscuro de The Cardigans. En esta ocasión, el guitarrista Peter Svensson realizó un extendido solo que dejó en evidencia su virtuosismo con el instrumento.
El instante más memorable de la noche fue cuando se empezaron a escuchar los primeros acordes de My Favourite Game, otra de las canciones incluidas en el álbum de 1998 y que representa a uno de los mayores hits comerciales de la banda. De esta manera, Nina Persson y compañía bajan rápidamente del escenario ante una fanaticada que no se conformó con un listado de trece canciones.
Ante tal descontento, la banda volvió al escenario para interpretar Communications y luego introducir un cover de Gracias a la Vida de la cantautora chilena Violeta Parra. Finalmente, decidieron cerrar su espectáculo con una versión alternativa de Iron Man de Black Sabbath y el clásico Lovefool.
A pesar de que la banda debutó en Chile el 2015, pareciera que el entusiasmo de los fanáticos (ocasionado por los años de espera) se mantuvo intacto. Así, la agrupación sueca entregó al público nacional un espectáculo en donde las emociones fueron diversas y cada vez más intensas, ¿No es ese el principal motivo por el cual The Cardigans se ha mantenido en el tiempo?
