Tal como el personaje en cuestión no es un cantante, sino un artista, Nick Cave: 20000 days on Earth no es un documental. O tal vez, no se limita con ser sólo ese formato; es un campo que explora lo audiovisual y el universo expandido del ser humano que es el ex músico de The Birthday Party.
La cinta proto-documental escrita y dirigida por Ian Forsyth, Jane Pollard y el propio Nick Cave, narra la visión creativa del personaje, la relación con sus actuales y anteriores colegas y se da el lujo de ahondar en el clima. Sí, el clima de Inglaterra.
Se pasea entre la ficción, (la extrema ficción), la suntuosidad de la fama, lo irreal y hasta la realidad insoportable de la persona simple que aparenta ser. Pero hasta con eso las desafinaciones de Cave en sus ensayos parecen tener un ritmo audible y visual que roza lo majestuoso.
Se pudo haber hecho una biopic, sí. Se pudo haber hecho un documental con fotitos agrandándose, sí. Pero cómo se nota que Nick a todo esto le metió su mano artística a más no poder. Nick Cave: 20000 days on Earth huele a ser otra creación inexacta y sublime del hombre que se presenta tal como es en el “documental”.
Antes de ser una pieza audiovisual, es un breve recorrido a la breve existencia de Nick Cave. Es decir, no se detiene en la mera cuestión musical o literaria (facetas reconocidas de Nick). Es su vida puesta en una cámara de la forma menos entremetida posible, por eso aunque se considere en algunas partes como un “reality”, ojo, esto es más que eso.
El aderezo importante del «documental a medias» es que la historia de Nick Cave es presentada en clave filosófica, llegando a ser incluso espiritual. Tal vez por eso es que no hace falta una actuación para demostrar que Cave en realidad es así con la cámara apagada o encendida. Más que un documental, reality, docu-drama, ficción, no-ficción…es, en realidad, una charla con Nick. O, como sale en cierta parte del metraje, es una conversación entre amigos. Un almuerzo con un hombre que plantea ideas.
Puede que sea incómoda para muchos, ya sea por el formato inclasificable o por la personalidad un tanto ambigua del mismo Cave. Pareciera ser que ese es el objetivo de esta obra: implantar ideas y emociones encontradas y no precisamente homenajear. Por eso, que quede claro: lo de Nick Cave: 20000 days on Earth no es un epílogo de su carrera, es recién un prólogo.
