Only Lovers Left Alive (2013): un film que poco trata de vampiros

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Cada tres o cuatro años, el nunca bien ponderado director de cine independiente, Jim Jarmusch, arroja sus ideas e impresiones del mundo a la vista de sus fieles seguidores. Siempre dentro de la sutilidad de un cine muy personal y con una clara marca registrada.

Only Lovers Left Alive ante todo es una película L-E-N-T-A (hay que decirlo con todos sus frames). El director-autor no es alguien que se destaque por tanta acción o chabacanería de relleno, sino por toda la genialidad de lo opuesto: es un filme bien cuidado en la estética, con una trama simple y con diálogos entretenidos, aunque no menos profundos.

Podría considerarse cautivadora en lo pretenciosa, pues aborda temas demasiado filosóficos, con relación a la historia del Rock and Roll, dentro de los lugares donde se sitúa o con la re-interpretación de muchos hechos y personajes históricos. Ahora bien, el punto de inflexión es sobre lo que se percibe a primera vista.

¿Cómo hacer que una película de vampiros no sea de vampiros? O mejor, ¿cómo detener la estigmatización de filmes sobre chupasangres? Porque cuando hablamos de cine sobre nosferatus (que reviven para succionar sangre humana), se nos ocurre de inmediato una vigésima parte de “Crepúsculo”.

Faltaba una buena dosis de Jarmusch para que el cine, en cuanto a este género, cambiara de forma radical. Y eso es porque al fin alguien rehúsa basarse sólo en el simple hecho de que los protagonistas sean vampiros, pues lo que importa es lo que está detrás de ese ente (más allá de sus necesidades básicas: chupar sangre, acostarse al amanecer y “vivir” la vida).

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Tom Hiddleston interpreta a un misterioso chupasangre aficionado a la música

Esta nueva joya no es de vampiros, no es un idilio de no-muertos, se trata sobre la “sobre-vivencia” monótona y la espera de un cambio. Claro, ocupando el pretexto de estas criaturas. Que son sobrenaturales, pero Jarmusch las hace comunes y corrientes, dándoles una forma de pensar, autonomía y humanidad (al fin y al cabo, si existieran, eso es lo primero que serían).

De manera perfecta y plausible, se pudo haber hecho con personas “cotidianas”, pero seguramente el director le quiso dar un extraño misticismo, que tienen incluso ciertas personas (sin ser vampiros).

¿Alguien no ha sentido que el implacable tiempo lo consume? ¿Han esperado un cambio que no saben a ciencia cierta cuál puede ser? De seguro, todos hemos dado vueltas en cierto período de nuestras vidas, divagando mucho y viviendo poco. Hasta que, de nuevo, retomamos nuestros caminos y ¡ZAZ!: vuelven a pasar muchos meses.

Imagínense para “personas” que han vivido 500 años o para parejas que han estado juntas durante siglos (hablo de chupasangres). Cómo no compadecerse de esos malditos vampiros que quizás cuántas vueltas se han pegado en su vida, cómo no.
A veces, en la película se muestran ciertos detalles, ciertos personajes que al parecer no van a nada, son inconexos, pero ¿y a cuántos seres similares conocemos en nuestro diario vivir? En lo personal, conozco a una buena mayoría de ésa.

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La actriz Tilda Swinton en una de las estremecedoras postales de la película

El film no cae dentro de la fantasía, ni mucho menos del terror. Por ahí dicen que es de comedia/romántica, incluso de drama. Y a decir verdad, no es de nada. Género: nada. El film realiza un rodeo constante, igual que los protagonistas, igual que nosotros en nuestras vidas. Y al ser así, aunque gire entorno a vampiros, muestra una realidad (emocional).

Jim Jarmusch volvió a re-encantarme con películas donde salen vampiros y con su siempre parada de “aquí te las traigo, johnny”, pero sin caer en un autoritarismo  sobre la imagen, sino que más ligado a lo bello y  pretencioso, al mismo tiempo.

Es magnífico ver que todavía hay algunos directores que tienen su PROPIA concepción de hacer cine, y lo siguen realizando: contienen lo cautivador, pero se rehúsan a cambiar; mantienen su postura sobre la trama y sólo se adaptan a nuevos formatos.

En resumen, Only Lovers Left Alive es una película para osados, para los que saben que lo mejor siempre viene a su debido tiempo.