David Gilmour ha compartido un documental que detalla el presunto antisemitismo de su excompañero de banda en Pink Floyd, Roger Waters, añadiendo otro capítulo a la disputa de décadas entre los músicos.

Gilmour retuiteó una publicación sobre el documental, titulada El lado oscuro de Roger Waters, de la Campaña contra el antisemitismo, que produjo el informe. En el video, el periodista de la BBC John Ware entrevista a Norbert Statchel, ex saxofonista de Waters, y a Bob Ezrin, el productor musical que ayudó a dirigir The Wall de Pink Floyd. Ambos hombres, que son judíos, recordaron experiencias en las que Rogers dijo cosas antisemitas.

Statchel volvió a contar un caso en el que Rogers imitó a una mujer polaca estereotípicamente pobre como referencia a sus antepasados ​​judíos, y otro en el que el bajista expresó su indignación por un restaurante que servía “comida judía”. Erzin recordó que Waters describió a Bryan Morrison, el manager de Pink Floyd en ese momento, como un «maldito judío». El informe también descubre un correo electrónico de 2010 en el que Waters sugiere utilizar imágenes e insultos judíos como parte de su diseño escénico para un próximo espectáculo.

Gilmour no añadió ningún comentario cuando volvió a publicar el video, pero ya se ha pronunciado antes en contra de los comentarios antisemitas de Waters. En febrero, la esposa del guitarrista, Polly Samson, denunció a Waters como “antisemita hasta [su] núcleo podrido”, así como “un apologista de Putin y un mentiroso, ladrón, hipócrita, evasor de impuestos, sincronizador de labios, misógino, enfermizo”. Con envidia, megalómano”. Gilmour también compartió ese tweet y calificó las afirmaciones de Samson como «demostrablemente ciertas«.

Por su parte, Waters ha desestimado el documental como “una pieza de propaganda endeble y sin remordimientos que  mezcla indiscriminadamente cosas que supuestamente dije o hice en diferentes momentos y en diferentes contextos, en un esfuerzo por retratarme como un antisemita, sin haber ningún fundamento”.

A principios de este año, Waters actuó con un disfraz que incluía una chaqueta de cuero, guantes, un brazalete y un rifle que parecía parecerse al de un soldado nazi de las SS, lo que llevó a la policía alemana a iniciar una investigación sobre «sospecha de incitación«.  Poco después, la ciudad de Frankfurt canceló un concierto programado del artista en Festhalle, un lugar que solía ser un campo de detención judío, citando la propiedad parcial del lugar por parte de la ciudad. El concierto fue reprogramado para una fecha posterior y rápidamente fue interrumpido por un manifestante.