25.000 personas presenciaron anoche el inolvidable show de System of a Down en el estadio GEBA. El regreso de la banda reunió a miles de fanáticos que esperaban con ansias una de las mayores citas de rock, después de más de 4 años de intensa expectativa.
La banda estadounidense brindó un show que reventó de emoción a la audiencia con clásicos como «Toxicity«, «Radiovideo«, «Chop Suey» y «Sugar«.
Deftones, quinteto precursor del sonido nü metal, también se reencontró con el público porteño después de más de 6 años de ausencia. El show fue una explosión imponente a cargo de Chino Moreno y los suyos, quienes vienen girando por el mundo presentando un set que recorre lo mejor de su discografía.
SYSTEM OF A DOWN
Conformado por John Dolmayan (batería), Daron Malakian (guitarra y voz), Shavo Odadjian (bajo) y Serj Tankian (voz), System of a Down ha vendido más de 30 millones de discos y se ha destacado por ser una de las bandas más activas políticamente en el panorama social de los últimos 20 años en los Estados Unidos.
Comprometidos con su herencia cultural, System of a Down comenzaron su gira mundial Wake Up The Souls en abril, mes en el que se conmemora el centenario del genocidio armenio.
En sus inicios la banda lanzó varios demos que captaron la atención del productor Rick Rubin, quien más adelante los firmaría bajo el sello American Recordings, disquera con la que lanzaron su álbum debut homónimo en 1998. Su segundo disco Toxicity se estrenó en el número uno del Billboard Top 200 y alcanzó la certificación de multi-platino con más de 12 millones de copias vendidas en todo el mundo.
En 2005 System of a Down lanzó sus discos Mezmerize e Hypnotize y ambos discos recibieron las mejores críticas de la prensa especializada. Los dos álbumes debutaron en el número uno de Top 200 de Billboard y en el primer casillero de las listas alternativas en muchos otros países.
System of a Down es una de las tres bandas en alcanzar este status con dos álbumes encabezando las listas en el mismo año. B.Y.O.B. (Bring your own bombs) fue el primer sencillo de Mezmerize con el que consiguieron el premio Grammy en la categoría Mejor interpretación hard rock.
