Fantômas y Melvins en Teatro Cariola
Viernes 05 de diciembre 2014, Santiago, Chile
Pasadas las 20:30hrs. iniciaba la presentación de Melvins, la banda comienza con sus riff sucios y ruidosos, con una batería que es protagonista de la música, Dale Crover toca con una intensidad increíble que retumba los tímpanos del público, quienes presenciaban con respeto y cabeceando cada tema, luego, ya avanzada la mitad del show, comienza a haber más acción en la respuesta del público con canciones como “Honey Bucket”, “Hooch” y ‘Night goat’, que marcaron los puntos más altos de su presentación. Terminando todo con “Fascists Eat Donuts”, donde King Buzzo deja el escenario, seguido luego por Trevor Dunn, quedando Crover tocando sólo la batería, para terminar parándose en ella cantando el coro, siendo acompañado y alabado por toda la gente al finalizar.
Luego de la pausa y descanso, fue el turno de Fantômas, banda que también debutaba en el país, aunque Patton ya es un visitante recurrente. Desde que Mike Patton aparece en el escenario ya está claro que él es el dueño del lugar, cada palabra o movimiento del músico es celebrada con algarabía por todos los asistentes. El show presentado es The Director’s Cut, correspondiente al segundo álbum de la banda, el cual fue interpretado completamente, donde las canciones son realmente un experimento raro y atractivo, que pasaban de tonos suaves, sonidos y ruidos guturales, a un frenesí musical.
Entre los momentos más destacados, que pasaron por extra a la música, fueron los comentarios de Patton, tratando al público y a la banda de flaites, diciendo que están tocando «un concierto flaite», así también cuando presenta a los músicos, llama al baterista Dave Lombardo “wachiturro” y al guitarrista Buzz Osborne “flaite”. Tras el encore, sube a un chico del público, quien tenía puesta una máscara de lucha libre, lo hace hincarse y lo humilla con un gesto bajándose el cierre como para que le haga sexo oral, luego le dice que baile cuando empieza la parte más fuerte de la canción, y al final se lanza encima de él gritando como loco, en lo que ha sido sin dudas una de las escenas más bizarras que he visto en un concierto, pero de Patton siempre esperamos este tipo de locuras.
El show pasó por todos los temas de The Director’s Cut tocando un poco menos de una hora, incluido el tiempo del encore, una presentación precisa y poderosa, donde el público se mantuvo siempre activo y en constante respuesta con la música y las cosas que decía Patton.
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Patton es un chileno más, dueño y dios del escenario, Su irreverencia habitual siempre nos deleita.
Pd: Apuesto que vuelve en Febrero porque le toca renovar la licencia de conducir.