Por Alexis Paiva Mack

Laura Marling tomó su primera guitarra a los 5 años, una acústica española que era demasiado grande para sus manos y con la que su padre le enseñó a tocar sus primeros acordes. A partir de aquella instancia, la cantautora británica inició una carrera musical que se mantuvo a lo largo de su vida y que la llevó a publicar su primer álbum, titulado Alas, I Cannot Swim, en 2008.

Con un estilo que recuerda a artistas como Bob Dylan y Joni Mitchell, Marling es considerada una de las trovadoras más destacadas del último siglo. No solo es una de las nominadas recurrentes al premio “Mejor Artista Solista Británica” de los Brit Awards (el cual ganó en 2011, mismo año en que NME la reconoció como “Mejor Artista Solista”), sino que también se acerca a sus seguidores a través de su cuenta de Instagram, en la que se presenta habitualmente y comparte tutoriales para tocar sus canciones.

A sus 30 años y desde su hogar, Marling comenta la inspiración que la llevó a escribir Song for Our Daughter (2020), además de cómo fue trabajar con Ed O’Brien (Radiohead) a inicios del presente año.

Iniciaste tus estudios en la guitarra cuando eras muy joven, ¿sientes que ha evolucionado la manera en que te relacionas con el instrumento?

-Sí, supongo que todavía me estoy acostumbrando a una nueva etapa. Me siento un poco hippie cuando hablo de la guitarra, porque esta resuena cuando la tocas y puedes sentirlo en tu pecho. Por ejemplo, nunca grabo las voces y la guitarra por separado, siempre van juntas. En mi mente son solo un instrumento, es como si estuviésemos conectados.

Mientras varios artistas postergaron las publicaciones de sus álbumes, tú decidiste adelantar Song for Our Daughter (2020). ¿Qué te llevó a tomar esa decisión?

-Sentí que no tenía motivos para postergarlo, porque ya lo había hecho antes. Ahora puede ser el mejor momento para escuchar música. Creo que escuché más álbumes de principio a fin en las últimas tres semanas, quizás más que en el último año.

Diría que es uno de los álbumes más hermosos que escuchado este año. En “Held Down” se pueden percibir voces que siguen tu canto, con un tono que podríamos asociar con ángeles. En relación al título del disco, ¿de dónde nace esta inspiración?

-Es una especie de mensaje para una versión más joven de mí misma. Uso la idea de una hija figurativa para describir el sentimiento detrás del álbum, pero en realidad es una reflexión sobre mis experiencias y cómo estas podrían haber sido diferentes. Es similar al libro Letter to My Daughter de Maya Angelou.

Este año también colaboraste con Ed O’Brien en el sencillo “Cloak of the Night”. ¿Cómo llegaron a trabajar juntos?

-Él me contactó. Escuchó mi álbum y quería tener un equilibrio entre hombres y mujeres en el suyo, asique fui al estudio y me mostró un par de canciones que estaba escribiendo. También me contó la historia detrás de su nuevo álbum y el origen de su inspiración fue increíble, una especie de viaje espiritual para él. Fue encantador formar parte de esto y también estaba Catherine Marks, quien es amiga mía.

¿Cuáles son tus instrumentos favoritos para tocar en el estudio y en el escenario?

-Bueno, tengo dos tipos de guitarras: las que se van de gira conmigo y las que se quedan en casa. Creo que es más barato tener unas específicas para los conciertos, porque si tienes unas realmente buenas, no deberías comprometerte a usarlas en directo. Esa es mi opinión. Uso una Martin de los 80’s y una Collings en esas instancias, aunque no conozco el modelo exacto. Esas son mis dos favoritas, además de una Gibson 335 de 1973 que usé en Lump (2018).