Movimientos musicales que hoy en día siguen aportando en la cultura-independiente del paso del tiempo- son pocos. Se habla de que el rock está escondido como parte de un momento cíclico, cosa que es verdad, pero también se habla de una idea de elitismo musical, el cual más que darles status a los «conocedores», los vuelve ignorantes al no querer escuchar o entender otros fenómenos musicales. Se repite la historia con este género y todas sus variantes, 70 años después de su nacimiento es visto como la cúspide de la música contemporánea y significado de la «intelectualidad» por ciertos grupos de personas, que por supuesto, les encanta vivir en el desconocimiento. De esta manera puede contar como la falencia ha impactado desde el siglo XIX, con el jazz ya instalado como potente corriente de contracultura. Al menos, con esto, el punk ha sabido permanecer y mutar a sonidos frescos durante décadas.

El eterno «placer» de imponer y odiar todo, esa es una de las grandes premisas que una banda de punk rock llamada IDLES (ellos mismos han tratado de dejar etiquetas, y no definirse dentro de ningún estilo) ha tratado de contraatacar a base de letras llenas de contenido, sátira bien construida y obviamente, buscando siempre una manera o herramienta para hacer arder el culo de los racistas, homofóbicos y todo tipo de manifestación que conlleve conglomerar dentro de la palabra «retrógrada». Y no es solamente que el viejo sentimiento del «hazlo tú mismo» y el «anarquista» siga persistiendo, alejando obviamente de las típicas conversaciones respecto al sistema capitalista en el cual vivimos. Si no que es el fondo, el contexto y la acción en la cual basamos la perspectiva. Idles de cierta manera vuelve a restablecer el nombre del punk como un género que siempre ha estado ahí mutando de buena manera, solamente que ahora vuelve con un enojo que conlleva otros sentimientos, pero la misma intención.

Su primer disco deja en claro una sola cosa, el punk más que morir, se mantiene siempre buscando maneras diferentes de aparecer cuando menos lo esperes. O sea, puedes encontrar variantes de esta actitud en discos de bandas directamente rupturistas como Death Grips, incluso también en opciones más bailables como The Rapture o Yeah Yeah Yeahs. Pero con Idles, es una vuelta genuina a la vieja escuela de este sonido, es actitud desgarrada potenciada por un odio a la segregación y a la tradición, un escupo directo en la cara del esnobismo. «Brutalism» (2018) se percibe como el escape del animal salvaje en la jaula, es un grito de descontento a una sociedad ya convencida de su mediocridad, y conformista hasta más no poder, como en la letra de su canción más potente de ese trabajo, «Well Done», en donde continuamente hacen la pregunta irónica de ¿Por qué no te gusta el futbol? ¿Por qué no tienes una carrera?  ¿Por qué no te gusta el reggae?  ¿Por qué no ganas una medalla?. Es metafóricamente la sociedad que hoy en día se nutre de prejuicios, de privilegios abusadores y de una mentalidad sacada de la derecha más extrema de Europa. También el resumen de como todos supuestamente debería verte, tratando de encajar en donde no quieres.

Pero el gran quiebre de la banda llegaría durante el mismo año de su primer disco, en donde lanzarían otra producción más. «El placer como un acto de resistencia» (Joy as an Act of Resistance) llegó a ser una de las placas esenciales de ese año, ninguna banda estaba llegando más lejos que Idles, y cuando ya estaban encabronados de su alrededor, para este disco decidieron hacer el rol de guasones, y burlarse directamente del estilo de vida de los supremacistas, y todas sus malas lenguas. Y viniendo de una ciudad muy importante dentro de lo que fue la masiva llegada de inmigrantes en los años 50 como Bristol, pues el tema de la inmigración y del mundo sin barreras permitió que se creará un emotivo himno de desquite y compañerismo cuando quisieron contar la historia de «Danny Nedelko», volviéndose el tema más importante y querido de sus setlist alrededor del mundo.

La historia sobre esta canción no solamente busca tratar de describir el proceso por el cual el odio ha pasado estos últimos años en Inglaterra, ahora con el Brexit siendo un tema polémico y siempre criticado. «El miedo lleva al pánico/ El pánico lleva al dolor/ El dolor lleva al enojo/ y el enojo lleva al odio» es lo que su frenético vocalista, Joe Talbot, expresa en la escogida «Mejor Canción del Año» por el medio musical All Things Loud,donde contó el origen de este tema que hoy es considerado un clásico moderno del punk. La historia de un inmigrante entusiasta y con ganas de crecer, el cual vive en un contexto de intolerancia con los problemas migratorios.

«Escribimos esa canción en una habitación juntos, al igual como escribimos cada canción. Luego me fui y escribí la letra, que surgió porque Danny y yo somos muy buenos amigos y prometimos que escribiríamos sobre nosotros, para divertirnos. 

Luego me di cuenta que él es un gran ejemplo de por qué la inmigración es mucho más complicada que generalizar a un grupo de personas que se mudaron de un país a otro. Quería centrarme en el individuo y recordarle a la gente lo humano detrás del concepto de inmigración.

Es un humano muy travieso, entusiasta y adorable, descubrí que era el ejemplo perfecto de inocencia y juventud.»

Pero ahí no solamente quedan las letras potentes e historias sobre las problemáticas de nuestro día a día. La toxicidad masculina es uno de los puntos del cual este grupo aprovecha burlarse en todo su sentido, sea por ser visto en público dándose besos entre ellos mismos, o también creando videoclips en los cuales terminan solucionando peleas con amor. Esto vertido de manera ácida y gráfica en una de sus canciones más arrolladoras en estudio como en vivo, «Never Fight a Man With a Perm», donde suelta este enojo frente a los machitos de la sociedad.

«Realmente no importa que es lo que significa ser hombre. Yo creo que lo más importante es ser humano. Ser una persona.»

Esto lo lleva igualmente a lo que el feminismo ha representado en los últimos años con el movimiento #MeToo (o #NiUnaMenos como se conoce en latinoamérica). Pues la igualdad de género es uno de los tópicos que más comentan sus integrantes cuando de entrevistas se trata, en donde reafirman la conciencia del privilegio con el cual el hombre ha nacido en comparación a las mujeres. «Claramente tengo mucho más beneficios como hombre. Más que la mujeres. Y siento que es importante apreciarlos y tratar de compartir estos privilegios con todos, lo cual es lo que estoy tratando de hacer» explica para el sitio Now This.

Este mismo mensaje de apoyo se puede encontrar en una de las canciones más psicóticas e interesantes del disco «Brutalism», la cual es «Mother», en donde de manera personal Joe relata todos los trabajos y rutinas sociales que su madre tenía que ejecutar en la cotidianidad para mantenerlo, el cual es un grito en contra del sobre-esfuerzo y poco salario que las pagaban a las mujeres en tiempos pasados, donde claramente buscaban sus derechos frente a toda la represión patriarcal.

Estas deberían ser razones de sobra para que la mayoría que lea este artículo, empiece a escuchar a este grupo que con solo 2 discos de estudio independientes, y estar atento a los festivales que están repletando alrededor del mundo. Esto a punta de irreverencia necesaria y de mensajes que se transmiten con una energía cruda, inyectada de poder en performance y en dejando claro que las mejores presentaciones en vivo, son las que se atreven a desafiar su entorno.

Les dejo su-hasta ahora- icónica participación en Glastonburry de este año, donde la gente no dudo en ir a presenciar este show, y entregar un aguante local que se vibró desde principio a fin. Y quien sabe si esta banda llegue a ser parte del cartel de lo que será Lollapalooza el próximo año, en la celebración de los 10 años.