Por Bayron Ríos
Fotos por Juan Kattan – @Kattan.ph
La fría noche del jueves fue el telón de fondo para una velada llena de sentimiento y calor humano, porque contra viento y marea finalmente debutaron los estadounidenses de Turnover en nuestro país, luego de una serie de fallidos intentos, y lo realizaron de manera pulcra y con un encendido público como testigos de la presentación.
Con Sala Metrónomo como el lugar elegido para la ceremonia, desde temprano comenzaron a llegar los fanáticos, quienes rápidamente tomaron puestos en las primeras filas mientras algunos esperaban la hora en los alrededores de la sala. Tras una larga espera el número de apertura decía presente sobre el escenario, el trío nacional Estoy Bien comenzaba el viaje musical de la velada.
A pesar que el estilo de los nacionales difiere del rumbo actual de Turnover, de cierta manera se encuentran ligados a la propuesta por lo que no era extraño ver en al público corear algunas de las canciones de esta novel agrupación.
“Frente a Frente”, “Frías Tardes”, “Estoy Bien” y “Con Mis Amigos”, con un claro guiño a Weezer, fueron algunos de los temas con los que el trío le puso movimiento a la Sala Metrónomo, ofreciendo un correcto show que sirvió para entrar en calor para el plato de fondo.
Pasado las 21:20 horas, y con la misma banda afinando los detalles sobre el escenario, siendo muy sencillos y amables, las luces se apagaron para iniciar el viaje junto a la hipnótica “Tears of Change”, seguida de la funkera “Myself in The Way”, marcada por el wah-wah en la guitarra de Nick Rayfield.
“Humming” fue la primera en encender los ánimos del público quienes saltando coreaban a todo pulmón el “just take me where you go”. Así fueron pasando temas como “Super Natural”, la excelente “What Got in The Way” y “Plant Sugar”, que activó nuevamente la energía entre los fanáticos.
Turnover se notaba cómodo sobre el escenario, más aún con Austin Getz afirmando su cariño por el público y su felicidad de estar en Santiago por primera vez. La banda continuaba en lo suyo con “New Scream”, la que iniciaba una segunda etapa en el concierto, ya con todos los fanáticos desatados por lo que el surfing desde el público comenzaba.
“Dizzy on The Comedown” fue una de las más esperadas por los fans, por lo tanto, se coreó a morir en la Metrónomo. “Take My Head” fue la guinda de la torta con los fanáticos tirándose desde el escenario hacia abajo y armando hasta un mosh con la canción. Pero el concierto no se podía terminar sin la clásica “Cutting My Fingers Off”, cerrando así la friolera de 17 canciones.
Lo de Turnover apela en su totalidad a la emocionalidad de sus canciones, tanto por el estilo en cuestión, y lo que puede generar a través de sus hipnóticos temas en esta etapa de la banda. Aunque mucho gritaban por canciones de su primer álbum, más ligado a la escena hardcore y sus derivados, la propuesta indie/dream pop de los hermanos Getz y compañía, convencen a cabalidad. Con una velada íntima y llena de matices, Turnover aprobó con la nota más alta en su esperado debut.
