Oberhofer anuncia nuevo disco con edición de lujo incluída y estrena primer adelanto llamado «Hey»

«Esta canción es sobre ser un tipo en un pueblo y decirle ‘hey’ a la gente que conoces, a la gente que no conoces, a la que a quien le agradas y a la gente que no quiere agradarte». – Oberhofer

Las memorias pueden ser inspiradoras, feas, felices o planas. Pero, ¿qué si todas regresan en un momento de quietud? Estás con audífonos, ido, y tu vida entera parpadea ante tus ojos, inunda tus oídos, suena como una orquesta gritando, se siente como un saco de plomo rebotando y parece ser un mashup fílmico de David Cronenberg y Ken Burns. Esto es «Chronovision«, una dosis de alta concentración de memoria pura. Y en el álbum que lleva el mismo nombre, Brad Oberhofer destila todo esto en canciones hermosas y agridulces.

Cuando llegó el momento de hacer su segundo álbum bajo el nombre Oberhofer, el artista de Nueva York que creció en Tacoma tuvo mucho de donde inspirarse. Su juventud casi idílica –mamá cantaba ópera, papá navegaba barcos, la familia vivía en un barranco, venados y zorros comían moras afuera – se estrelló recientemente contra la dura realidad. Un día en casa durante un descanso después de la gira de su debut de 2012, Time Capsules II, Oberhofer despertó para encontrar a su compañero de piso muerto, en el baño, por sobredosis de heroína. Tuve que llamar al novio de su amigo para decirle la noticia. Después, tres días más adelante, tuvo que empacar y manejar con su banda a Lollapalooza.

Este tipo de eventos parecieron arrojar luz en todo lo demás, así que aunque vas a escuchar el sonido familiar de Oberhofer – psych pop con brotes de orquesta, new wave y fuzz grunge – la intensidad ha incrementado. Los momentos luminosos son más brillantes, casi a modo maníaco, y los tonos oscuros se han profundizado. Algunos samples, teclados y figuras de piano evocan un calíope – música de circo, conjurando inocencia y locura. Nuestro anfitrión es apto para canalizar la dicha de Brian Wilson en SMiLE («Sun Halo»), así como la melancolía de Grandaddy(«What You Know»). Los fantasmas de Lou Reed y Del Shannon habitan los pasillos también.

Mucho de esto tiene que ver con la idea que Oberhofer produjo el LP él mismo. El camino a Chronovision estaba serpenteando. Primero rentó un espacio en Catskills, alistó todos sus instrumentos e hizo una canción al día durante dos semanas. Pero esa versión del disco fue eliminada, igual que la siguiente, grabada en Seattle con Phil Ek (the Shins, Modest Mouse). Más canciones fueron grabadas en un par de noches, pero esas sólo existen en Soundcloud. Al final algo lo llevó al estudio en Tacoma y a dos lugares en NYC (Strange Weather, Electric Lady), así como al ex Sound City en Los Ángeles. Finalmente, mezcló en Atlanta con Ben Allen (Animal Collective, Washed Out). Exactamente 106 demos después, Oberhofer llegó a estas doce canciones.

Ese proceso no es tan sorprendente. Cuando no está tocando o grabando con Oberhofer la banda –Oberhofer el hombre está constantemente creando. Su Instagram está lleno de pequeños videos. Su Bandcamp ofrece una colección de «meditaciones diarias». En su segunda cuenta de SoundCloud, está grabando 1,000 piezas de piano para fans y amigos (cada composición con el nombre de la persona). Es posible que haya desarrollado práctica mientras estudiaba en NYU (antes de salirse), o cuando estaba de gira con Sleigh Bells, Neon Indian, o Matt & Kim, o mientras grababa su último álbum con el productor ganador del Grammy Steve Lillywhite. Pero uno tiene la sensación de que Oberhofer ha sido así.

Chronovision representa esa dedicación, incluso si la perspectiva está más a menudo enclaustrada. «Pasé mi vida dentro de un hoyo/No tengo lugar a donde ir», dice a través de una sonrisa forzada en «Nevena», mientras que en «Someone Take Me Home,» imagina un futuro en el cual su musa lo ha dado por muerto. «Sea of Dreams» y «White Horse, Black River» son respectivamente, dedicadas a las abuelas de Oberhofer, que murieron recientemente. Aún así, el LP lo ve viendo hacia afuera, con optimismo: «Escucha a todos/Tienen también canciones en sus ojos». La frase implica que «chronovision» –la suma de la memoria de uno– puede ser compartida y ¿por qué no? Eso es justo lo que Oberhofer ha hecho.

Chronovision Deluxe
1. Chronovision
2. Nevena
3. Together Never
4. Memory Remains
5. Someone Take Me Home
6. Sea of Dreams
7. Ballroom Floor
8. White Horse Black River
9. Me 4 Me
10. Sun Halo
11. What You Know
12. Listen To Everyone

Bonus tracks:
13. Chronoluxe Intro
14. Alone Man
15. Someone Take Me Home
16. Hey Man
17. White Horse, Black River
18. Lost Your Love
19. Winter Has Come and Gone Again
20. Organist
21. Alone After Life
22. Best Friends for Life
23. Walked To Your Grave
24. Flowers, Sunlight, Aurora Florealis