Rodriguistas, el proyecto solista de Arturo Rodríguez, ya tiene disco. Y no cualquier disco.

Son 14 tracks, 4 de ellos instrumentales, y 10 canciones que flamean entre un crudo grunge y un escéptico folk. Vale decir, eclecticismo puro.

El disco, que por ahora sólo será lanzado en la web, viene cargado de invitados: Javier Barría aporta con su guitarra eléctrica y voz en “Ventana”; Cristóbal Massis en la batería en “Ostión queso” y “Ventana”; Cristián Espiñeira (Yeti) en el bajo en “Peligrosos”; Antonio Olivares (Corderolobo) trombón en “Peligrosos”; Alejandro Pino (Jirafa Ardiendo, Orquesta Sinfónica de Asteroides) puso la letra y la voz de “Deriva”; Eduardo Martínez (ex La Habitación Roja y Partido, Sidonie) desde España nos regala fantásticos sintes y rhodes en “Ostión Queso”; en “Pacos” lo acompaña la banda punk-rock Los Sin Retornos; Vicente Rosati (Jirafa Ardiendo, Gran Sasso) se apodera de la “Intro” con sintetizadores análogos, Felipe Ramírez interpreta “Ancoa”, una pieza instrumental para guitarra clásica; y el hijo de 6 años de Arturo, Rafael, se encarga de la ruidística en la segunda parte de “Raulí”.

El trabajo independiente fue grabado, mezclado y masterizado por Nicolás Moreno (Moreno Estudios, compañero de Arturo en Jirafa Ardiendo y Solistas Unidos), quien también interpreta el bajo en “Ostión queso” y realiza segundas voces en “Flor”.

Todo el resto fue ejecutado por Arturo Rodríguez, músico que actualmente reside en Talca, y que ha desarrollado su carrera tanto en Chile como en España, siempre desde la trinchera independiente. Arturo ha participando en muchos proyectos que van desde el pop de Nicole hasta el post-rock de Katapulpo, pasando por Jirafa Ardiendo, Solistas Unidos y Corderolobo; mientras que en España pasó por Pumuky, grabó discos con Partido, Gran Sasso y La Brigada, y además giró con Clem Snide y Xoel López en su Caravana Americana.

El arte estuvo a cargo de Álvaro Zamudio, quien en base a una fotografía realizó un dibujo que matiza elementos musicales y políticos, atemporales e indirectos, que van en función de una música abstracta y escéptica.