Por Alexis Paiva Mack

El primer semestre de 2018 sorpendió a todos los amantes de la música y la cultura. Dos años después de que se entregara un Nobel de Literatura al cantautor norteamericano Bob Dylan, la academia encargada de los Pullitzer de música decidió otorgar su reconocimiento al rapero Kendrick Lamar. Tal hecho histórico significó la primera vez en que un artista, no dedicado exclusivamente al jazz o la música docta, recibió aquel título.

Y la verdad es que no solo consiguió el éxito con su último álbum titulado DAMN. (2017), ya desde su primer mixtape en 2010 logró llamar la atención de la crítica especializada, para así más tarde firmar un contrato con Interscope Records y grabar el disco good kid, m.A.A,d city (2012). Este último título hace referencia a la niñez del cantante en Compton, una ciudad del estado de California que se caracteriza por sus altos índices de criminalidad y por ser la cuna de diversos artistas como Dr Dre, Ice Cube, Mc Ren, Yella y Eazy-E (todos de la agrupación musical N.W.A.).

La infancia de Kendrick Lamar Duckworth estuvo marcada por la compleja situación económica de sus padres, los asesinatos entre pandilleros y los constantes delitos en su vecindario. A pesar de que varios de sus amigos estaban involucrados en tales actividades, el rapero relata a Vice que él prefirió seguir un camino distinto, enfocado en la composición musical y la creación de líricas con contenido elaborado.

Más adelante, la pasión del joven por la poesía y la crítica social se acentuó durante su adolescencia en la Centennial High School, lugar en dónde leyó escritos de activistas como Martin Luther King y el orador cristiano Malcolm X, influencias que se vieron reflejadas en sus creaciones póstumas.

De esta forma y fiel a su estilo característico,  lanza el álbum To Pimp A Butterfly en 2015, el cual retrata en su portada a un grupo de afroamericanos en las afueras de La Casa Blanca. El disco fue aclamado por los fanáticos y la crítica de manera inmediata: Se posicionó en el primer lugar de la lista Billboard 200, lideró los rankings de los medios especializados y obtuvo el récord al más escuchado en Spotify durante el primer día de su lanzamiento.

Más tarde, el productor Tony Visconti —conocido por trabajar con artistas como David Bowie e Iggy Pop— reveló que el último álbum del Duque Blanco, titulado Blackstar (2016), fue influenciado por las composiciones del rapero. “Estuvimos escuchando mucho a Kendrick Lamar. Amamos el hecho de que haya sido tan abierto de mente y no hiciera un disco formal de hip-hop. Él tiró todas sus influencias al mix y eso fue exactamente lo que nosotros queríamos hacer”, comentó Visconti a la revista Rolling Stone.

El rapero estadounidense llegará a Sudamérica el primer semestre del presente año como principal headliner del festival Lollapalooza.