Por Alexis Paiva

Si se hace el intento de pensar en un line up de Lollapalooza, es muy probable que lo primero que se venga a la mente sea una horda de bandas de rock alternativo, electrónica y pop, por lo que pensar en música compleja en un festival tan masivo se convierte, a veces, en un ejercicio difícil y poco realista. En esta nueva  versión del festival, tal marco pudo romperse exitosamente. No solo un selecto grupo de personas tuvo el privilegio de presenciar a Caetano Veloso (e hijos) en el Aldea Verde Stage el viernes, sino que también un número mayor pudo presenciar el espectáculo del norteamericano el sábado.

La energía que transmiten Kamasi Washington y su banda es colorida, vibrante y grandilocuente. Ya en Street Fighter Mas (la primera de cinco canciones) se lucían con una serie de solos que reflejaron un virtuosismo excelso, pero que nunca pasó a centrar el protagonismo en un solo integrante: Son una máquina coordinada para volar en conjunto. Cada uno de los músicos tuvo un espacio para sorprender al público, con solos que oscilaron entre el experimentalismo, la psicodelia y, por supuesto, la influencia más que notable de africanos como Fela Kuti. Así, con un saxofón, un trombón, sintetizadores, voz, contrabajo y dos bateristas en escena, Washington ofreció una experiencia ritual y al borde de lo sobrenatural.

Luego de un breve solo entre dos percusiones sincronizadas a la perfección, llegó el momento de The Rhytm Changes, la única canción del setlist perteneciente a The Epic (2015). Aquí las habilidades del tecladista se hicieron notorias, al improvisar líneas extendidas de manera intercalada con las líricas de la cantante, quien siguió las melodías principales de cada tema como si su voz fuese un instrumento más.

Al igual que en la gran mayoría de sus shows, el saxofonista se tomó un tiempo para hablar sobre la importancia de la diversidad cultural y étnica, una temática que ha inspirado a la creación de sus canciones e incluso a la cinta conceptual As Told To G/D Thyself (2019), en la cual Washington participó como director y compositor. Después de presentar Truth y The Psalmnist, llegó el momento que el público más entendido estaba esperando: Fists of Fury fue la última canción del show de 60 minutos. A pesar de que el mayor número de los asistentes no fue al festival para ver específicamente al jazzista, desde un costado del escenario se pudo apreciar una horda de cabezas danzantes al ritmo de las agitadas percusiones.

El espectáculo de Kamasi Washington fue uno de los más destacables de la segunda jornada de Lollapalooza. Si bien, la mayoría de los asistentes evidenció no conocer las canciones y el sonido aumentó espontáneamente en diversos momentos del show, la banda entregó un concierto en donde los sonidos guturales del contrabajo, el experimentalismo de los sintetizadores, la potencia de las baterías y la elegancia de los bronces marcaron la jornada en el Banco de Chile Stage.