Por Bayron Ríos
Tuvo que pasar casi una década para que los fanáticos nacionales volvieran a encontrarse con los norteamericanos de Wilco en suelo nacional. Y aunque en el papel no gozan aquí de una popularidad masiva, es en el boca a boca donde han encontrado su refugio con la fanaticada local, transformándolos rápidamente en una banda de culto, y con el todo el misticismo que recae en los hombros de Jeff Tweedy y compañía, el conjunto logró conectar un concierto íntimo y emotivo, en donde las guitarras fueron el gran protagonista.
La jornada comenzaba temprano junto a los nacionales de Niño Cohete, nombre acertado para el mood que desprende Wilco. Los penquistas hicieron gala de sus mejores éxitos como “Puerto Tranquilo”, “El Bosque”; además de repasar canciones como “Crepitar”, parte de su último trabajo llamado “Donde las Serpientes Toman Sol” (2025), álbum que los trajo de regreso a los escenarios, tras un hiatus de siete años y que lanzarán en vivo el próximo 19 de junio en el Teatro Oriente.
Tras la participación de los nacionales, llegaría el turno del plato de fondo. El Teatro La Cúpula se llenaba rápidamente y cuando el reloj marcaba las 21 horas, el panorama se mantenía igual gracias a los arribos de último minuto; así tras unos sutiles cinco minutos de espera Jeff Tweedy y compañía se asomaba al escenario bajo los aplausos de los fanáticos para iniciar el concierto junto a “Company in My Back”.
La energía del concierto fue de menos a más, al igual que la actitud del público, un tanto tibia durante los primeros minutos del concierto, pero que llegó a un punto alto tempranamente con “Handshake Drugs”. Aunque es una canción más calmada y relajada, “If I Ever Was a Child” se vivió como una final de fútbol en el sector más cercano al escenario. “I’m Trying to Break Your Heart” ponía a toda La Cúpula a cantar. La timidez ya se había dejado atrás, con un público entregado completamente.
Uno de los grandes atributos de Wilco, a parte de la genialidad de Jeff Tweedy, es la presencia del enorme Nels Cline, el guitarrista acaparó las miradas y gritos desde un comienzo. Todos queríamos verlo en acción sobre las seis cuerdas, haciendo aullar la guitarra y se pudo apreciar en demasía con canciones como “One Wing”, “Pot Kettle Back”, la tremenda “Whole Love” o en “Bird Without a Tail / Base of My Skull”.
Pero la gran postal de la velada sería con “Impossible Germany”, en donde el efervescente público se puso a saltar, coreó la canción desde un principio incluido el carismático solo de guitarra que causó una sonrisa en Tweedy. Punto aparte el tremendo solo que se mandó Cline, dejando a todos absolutamente hipnotizados y que no dudaron en vitorear a rabiar al guitarrista.
En poco más de dos horas de show, Wilco brindó su mejor presentación en el país; con un setlist bastante balanceado, en donde le da cabida a gran parte de su discografía. Y aunque este concierto fue promocionado como un repaso al “A Ghost Is Born” (2004) y “The Whole Love” (2011), quedaron al debe con este último.
Wilco conquistó una vez más al público local, con un concierto lleno de talento por parte del conjunto y de fervor por parte de los fanáticos, en donde la sencillez fue el punto clave de esta presentación, porque la banda no necesita de mayores parafernalias cuando lo principal recae en la calidad neta de cada uno de ellos, transformando todo en una experiencia magistral.