Por Bayron Ríos

Fotos por Andie Borie – Dg Medios

En una de las semanas más intensas en cuanto a materia musical en el país, el broche de oro debía ser espectacular y vaya que se cumplió a cabalidad, con el regreso de los británicos de The Cure tras una década desde su última presentación, en esa mítica noche del 14 abril en el 2013. Robert Smith y compañía, en poco más de dos horas y media, hicieron valer su categoría de mega estrellas en un concierto que sonó en su punto exacto y con el balance perfecto entre clásicos y cortes menos conocidos.

Cuando faltaban 15 minutos para las 21 horas, el sonido de truenos y lluvia comenzaba a inundar todo el Estadio Monumental, la tormenta previa antes de la calma. El relajante sonido apaciguaba la ansiedad por ver a la banda sobre el escenario, pero al momento de la hora señalada desde los parlantes anunciaban un retraso en la partida debido a problemas técnicos. Pero este retraso no se sintió en lo absoluto, fueron 10 minutos más de tranquilidad hasta que la banda comenzó a salir desde el costado derecho del escenario, uno a uno se fueron posicionando en sus lugares hasta que apareció Robert Smith.

Bajo el etéreo e hipnótico ritmo de “Alone”, corte de su esperado nuevo álbum de estudio, Robert se paseó de un lado a otro, ceremoniosamente, saludando a los fanáticos que desde tempranas horas se apostaron en el recinto de Macul, listos para una nueva liturgia.

El primer golpe llegó rápidamente y fue “Pictures of You” la que encendió a todo el Monumental. Pero los hits no pararían ahí, ya que siguieron “High” y “Lovesong” creando el karaoke masivo por todo el estadio, además de la clásica postal de los celulares iluminando a todo el lugar. La tremenda “Burn” y “Fascination Street” ponían en evidencia a la gran estrella de la noche, Simon Gallup y su bajo.

Uno de los grandes momentos fue la seguidilla de canciones, y clásicos por lo demás, del disco “The Head on The Door” (1985), con “Kyoto Song” como gran sorpresa, “A Night Like This” y “Push” encendiendo al público y con “In Between Days” como broche de oro a ese mini repaso del seminal álbum.

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Otro gran momento se vivió en “Just Like Heaven”, una de las más esperadas por el público, al igual que “A Forest”, Gallup como foco principal en todo momento. También hubo espacio para canciones más “ocultas” pero que son gemas absolutas para lo que saben, como “Shake Dog Shake”, “Play for Today” o “From The Edge of the Deep Green Sea”. Cuando el reloj casi marcaba las 23 horas, “Endsong”, también parte de lo que será su nuevo álbum y que dicen será una continuación espiritual del “Disintegration” (1989), afirmación que podemos dar completamente por correcta luego de lo de anoche, ponía punto final a la primera parte del set.

El primer bis arrancó con “It Never Can Be the Same”, pero fue “Plainsong” la que acaparó todas las luces, seguida de “Disintegration”, alta joya y dulce recompensa para todos lo que fueron al primer show de la banda y no pudieron escucharla en vivo. Uno de los grandes lujos de la velada, dos canciones del quizás mejor trabajo de la banda y con Gallup dando gala de su calidad en el bajo.

El segundo encore fueron hits tras hit, solo clásicos; seis canciones que podían dar por pagado a cada uno de los asistentes al concierto, empezando por la tétrica “Lullaby”, seguida de la fiestera “The Walk”, la romántica “Friday I’m in Love”, una de las coreadas a rabiar por el público. Las juguetonas “Close To Me” y “Why Can’t I Be You?” y dando el broche final con “Boys Don’t Cry”, bajo un Monumental repleto ovacionando a Smith.

Con un setlist mucho más acotado que su primera vez en el país pero igual de contundente, The Cure demostró con creces su calidad musical cosechada a lo largo de más 40 años, sonando con una definición exquisita, tal cual como en los discos, con un Smith que mantiene intacta su voz, con Gallup que hacía rugir el bajo en cada canción, las grandes estrellas de la jornada sin desmerecer el trabajo de Perry Bamonte, Jason Cooper, Reeves Gabrels y al gran Mike Lord (el Marcelo Lagos gótico) en reemplazo de Roger O’Donnell, quien se ausentó de esta gira latinoamericana debido a problemas de salud.

Esperemos que no pasen 10 años nuevamente para ser parte de una nueva misa impartida por The Cure.