Por Ignacio Batallier

Foto por Ramón Gómez – Lotus Producciones

Han transcurrido siete años desde la última vez que Ghost se presentó en Chile, y durante ese tiempo, se han producido cambios significativos en el país, en el mundo y en la propia banda. El proyecto liderado por Tobias Forge no es el mismo que era hace siete años; ha experimentado una transformación y un crecimiento notables, algo que rara vez se ha visto en una banda de rock o metal.

En la actualidad, con su álbum «IMPERA» y su nuevo EP «Phantomime«, Ghost se ha consolidado como una de las bandas más grandes e influyentes a nivel mundial. Su regreso nos brindó uno de los conciertos más destacados del año.

A las 19:00 horas en punto, las puertas del Movistar Arena se abrieron para dar paso al entusiasta público, que rápidamente comenzó a ocupar cada rincón del recinto en el Parque O’Higgins.

A las 20:00 horas exactas, las legendarias figuras del metal nacional, Pentagram, se apoderaron del escenario. Aunque se podría pensar que el estilo de esta banda liderada por Anton Reisenegger no encajaría necesariamente con el de Ghost, ese pensamiento se desvaneció desde el primer minuto de su actuación. Pentagram ofreció lo mejor de su repertorio y cumplió exitosamente con la tarea de calentar el ambiente para la presentación de los suecos.

Pasada las 21:00 hrs., Tobias Forge y su equipo subieron al escenario para la cuarta presentación de Ghost en Chile. Desde el primer segundo, se desató una euforia que resultó difícil de contener. De hecho, el concierto tuvo que ser momentáneamente interrumpido para permitir que las personas en la zona del público se reorganizaran y evitar que las personas en primera fila fueran aplastadas. Este gesto fue aplaudido por el propio Tobias.

Desde «Rats«, pasando por «Spillways«, «Cirice«, «Ritual«, «Year Zero«, «Call Me Little Sunshine» y la muy esperada «Mary on a Cross«, Ghost ofreció un recorrido por todo su catálogo musical, destacando el camino que han recorrido para llegar a donde están hoy. Durante todo el concierto, la banda mantuvo una calidad de sonido y presencia en el escenario de forma excepcional. No solo Tobias, sino también los Nameless Ghouls, cautivaron a cada uno de los asistentes.

No es exagerado afirmar que este concierto se recordará como uno de los mejores del año sin lugar a dudas. Fue un espectáculo completo en términos de sonido, iluminación, pirotecnia, explosiones y llamas. El show ofreció una experiencia completa y logró el objetivo de que todos los papas y monjas se marcharan a casa satisfechos.

Ghost ocupa una posición destacada en la música actual, ya que actúa como el vínculo más significativo entre el rock más accesible y el metal más oscuro. En esta ocasión, lo demostraron no solo al invitar a Pentagram, sino también al mostrar al público, incluso a aquellos que podrían no estar familiarizados con el rock o el metal y que quizás asistían a su primer concierto, que todo se convierte en una verdadera celebración.