Por María Paz Concha
En este segundo día de festival, Turnstile enciende los motores de miles de adeptos, quienes ansiosamente esperan a la banda oriunda de Maryland, formada en 2010 y encabezada por Brendan Yates, (voz y teclados), Franz Lyons (bajo), Brady Eber (guitarra, segundas voces) Daniel Fang (batería/percusión) y Pat McCrory (guitarra).
El quinteto, que arrastra 12 años de hardcore en la sangre, es de las pocas bandas contemporáneas que logran reunir a personas que normalmente no verían un show en conjunto: retiene a las antiguas generaciones del hardcore rígido y atrae a los más jóvenes que buscan un sonido más fresco y pegajoso.
En su primer álbum de estudio, Nonstop Feeling (2015), ya se comienzan a ver tintes de rock alternativo tímidamente integrados al género. Pero, con el lanzamiento de su disco GLOW ON (2021), producido por Mike Elizondo, los estadounidenses ya se atreven a explorar sonidos más indie, con coros pegajosos, algo de funk, mezclado con estallidos del hardcore noventero, lo cual los lleva a una fama mundial realmente inesperada, tocando en sesiones como Tiny Desk Concerts y Jimmy Kimmel Live!.
Se justifica, entonces, que el quinteto reciba toda la atención y halagos de medios como Pitchfork quienes, por lo general, no cubren a este tipo de bandas. Vale la pena destacar que en Chile se esforzaron por interactuar con el público, desde Franz Lyons que usó una camiseta No.91 del Colo Colo, a Brendan Yates, que intentó intercambiar algunas palabras en español, e incluso se bajó al pit a estrechar algunas manos, a pesar del COVID.
El éxito de Turnstile está en no quedarse en el pasado y atreverse a innovar en el estricto mundo del hardcore. Es eso, sumado a una enorme preocupación por su estética, donde se nota la prolijidad del material audiovisual y su merchandising, la receta perfecta para enloquecer a las masas.
