Por Ignacio Bataller
Fotos Miguel Fuentes – Producción the Fanlab
Es impactante pensar que Danny Carey ha participado no en uno, sino en tres de los conciertos más importantes desde el regreso de los espectáculos masivos postpandemia, incluyendo dos con Tool y, ahora, su presentación con Beat. Este supergrupo de rock progresivo, integrado por Adrian Belew, Tony Levin, Steve Vai y el propio Carey, revive el material de los tres discos que King Crimson lanzó en los años 80, una etapa clave pero poco tocada en vivo recientemente.
La confirmación de este show fue una de las grandes sorpresas del año pasado, al nivel del debut de Tool en Chile. King Crimson tiene una conexión especial con Sudamérica, y en particular con Chile, por lo que siempre es motivo de celebración revivir su legado. Eso es justamente lo que hace Beat: rescatar canciones que llevaban años fuera del escenario, ya que la última gira de Robert Fripp se centró en los discos clásicos iniciales de la banda.
Lo vivido en el Movistar Arena fue, sin duda, un evento especial. Con un total de 19 canciones, la banda recorrió lo mejor de Discipline, Beat y Three of a Perfect Pair, coronando la noche con un regalo inesperado. Las puertas se abrieron a las 19:00 horas y, una hora después, Jorge Campos dio inicio a la jornada con una presentación virtuosa, alineada perfectamente con lo que sería una velada memorable.
La primera parte del show incluyó temas como Sartori in Tangier, Man With an Open Heart y la icónica Larks’ Tongues in Aspic (Part III). Pese a no tener una larga trayectoria juntos, los integrantes de Beat mostraron una sincronía admirable, producto de ensayos y de su pasión compartida por esta música. Lograron algo difícil: transmitir con autenticidad la experiencia de ver a King Crimson en vivo.
Más allá del homenaje, lo que ofrece Beat es una experiencia viva. Adrian Belew, carismático como siempre, mantuvo una conexión constante con el público, tal como lo hizo en su época como frontman bajo la dirección de Fripp. Esa energía lo convierte en pieza clave para que Beat sea mucho más que un tributo.
El segundo set trajo los momentos más intensos, con Frame by Frame, Matte Kudasai, Elephant Talk, Three of a Perfect Pair e Indiscipline, donde el Movistar Arena, casi lleno, vibró con cada tema. El público respondió con entusiasmo, completamente entregado a la propuesta.
El cierre no pudo ser mejor. En el «encore», la banda sorprendió con Red, del álbum que lleva el mismo nombre, fuera del período homenajeado, dejando claro que el legado de King Crimson trasciende la etapa ochentera. Fue el cierre perfecto para una noche que quedará entre los mejores y más completos shows de rock vividos en Chile.