Por Ignacio Bataller
A principios de la década de los 80, Simple Minds había alcanzado un reconocimiento considerable. Se consolidaron como una figura destacada dentro del post-punk y el art rock, aunque todavía lejos de ser una agrupación masiva. Aun así, su crecimiento era evidente en múltiples facetas. En 1981, lanzaron «Sons and Fascination» junto con «Sister Feelings Call«, considerados como su cuarto trabajo discográfico y también su primer álbum doble.
Entre las canciones destacadas de esta etapa se encuentran «The American«, «Love Song» y «Sweat in Bullet«. Ambos materiales provinieron de las mismas sesiones de grabación, siendo distribuidos en algunos casos como un set doble, en otros como dos discos independientes, o incluso como una combinación de álbum y EP. La edición remasterizada en CD incluye todos los temas, respetando el orden original de cada uno de los lanzamientos.
La recepción por parte de la crítica fue diversa, generando opiniones divididas. Sin embargo, este tipo de reacciones no impidió que la banda continuara avanzando en su carrera. De hecho, el ambicioso proyecto de producir un álbum doble aportó frescura a sus presentaciones en vivo, permitiendo mayor variedad en las listas de canciones y otorgando dinamismo a sus espectáculos.
En cuanto al proceso creativo, este álbum marcó un punto de inflexión significativo. Fue el último trabajo en el que participó la alineación original, ya que el baterista Brian McGee dejó la banda poco después de las grabaciones. Su lugar fue tomado por Kenny Hyslop, quien se integró temporalmente para las giras promocionales y también apareció en los videoclips de «Sweat in Bullet» y «Love Song«.
Otro aspecto importante es que este disco inauguró la relación de Simple Minds con Virgin Records, tras finalizar su contrato con Arista. Para la producción, contaron con la colaboración de Steve Hillage, conocido por ser guitarrista de Gong, una banda de rock progresivo.
Tanto Hillage como los integrantes de Simple Minds compartían una fuerte afinidad por el krautrock, un estilo que influyó significativamente en el sonido de este material. Hasta ese momento, sus tres álbumes previos habían sido producidos por John Leckie.
Es muy probable que, cuando el grupo suba al escenario del Movistar Arena, revivan algunas de estas piezas icónicas, las cuales continúan resonando con intensidad décadas después de su creación.
La banda debutará en Chile el próximo 29 de abril en Movistar Arena. Compra tu entradas vía Puntoticket.