El set más íntimo de la música global se llenó de papel maché, humor absurdo y canciones entrañables. “31 Minutos”, el icónico programa infantil chileno, protagonizó su propio Tiny Desk Concert, en una actuación que combinó nostalgia, sátira y una energía desbordante.

Desde el inicio con “Mi Equilibrio Espiritual”, Tulio Triviño dio la bienvenida al público con su característico egocentrismo televisivo, mientras Juan Carlos Bodoque recordaba entre bromas su rol de periodista ambiental. El repertorio incluyó clásicos como “Bailan sin César”, “Objeción Denegada»” y el inevitable himno “Mi muñeca me habló”, interpretados con arreglos acústicos que resaltaron la creatividad musical detrás del fenómeno televisivo.

La puesta en escena, fiel al espíritu del programa, combinó títeres en primer plano, músicos visibles y un caos perfectamente orquestado que hizo reír incluso al equipo de NPR. Entre canción y canción, los personajes intercambiaron chistes sobre la fama, la prensa y el oficio de hacer noticias “de verdad o mentira, pero siempre entretenidas”.

Con esta aparición, “31 Minutos” reafirma su estatus como uno de los productos culturales más exportables de Chile, capaz de emocionar a generaciones enteras sin perder su irreverencia. El Tiny Desk, por su parte, sumó uno de sus episodios más inesperados y encantadores.