Por Ignacio Bataller
Fotos por Rubén Gárate – Chargola Prod.
Cuando la escena más necesitaba nuevos festivales —tras la incertidumbre del Masters of Rock y la pérdida, al menos hasta 2026, del Metal Fest—, llegó la primera de lo que se espera sea una larga serie de ediciones dedicadas exclusivamente al power metal: Power of Metal. El evento toma su nombre del reconocido programa, medio y sitio web del mismo título, que actualmente cuenta con su propia productora, PowerProds, la cual, junto a Chargola Producciones, logró materializar un festival que, pese a la gran popularidad del estilo en Chile, nunca se había concretado. Y lo hizo con un cartel de lujo.
A pesar de un leve retraso en el itinerario, Jaime Steel, uno de los fundadores de PowerProds, inauguró la jornada junto a su banda SteelRage, ofreciendo una potente descarga de metal. Mientras los asistentes comenzaban a llenar tímidamente el Teatro, el grupo —con años de experiencia y presencia en grandes escenarios— presentó parte del material que formará parte de su próximo lanzamiento, marcando un inicio sólido y lleno de energía.
Pasadas las 18:00 horas fue el turno de la primera banda internacional: Innerforce, desde Argentina. Con un sonido heavy clásico influenciado por la New Wave of British Heavy Metal, su presentación encajó perfectamente con la esencia del festival. El público, cada vez más numeroso, respondió con entusiasmo ante un set contundente centrado en su nuevo disco, Invocation, lanzado este mismo año.
A las 19:00 horas llegó uno de los momentos más esperados: el debut en Chile de Vision Divine. La banda italiana, liderada por Olaf Thörsen, se presentó con su histórico vocalista Michele Luppi, conformando una de las formaciones más sólidas en la historia del grupo. Desde que comenzó a sonar la intro «The Fall of Reason», el público estalló en emoción. Aunque el show fue breve, su intensidad lo hizo sentir como uno de larga duración. Luppi mantuvo una conexión constante con los asistentes, que respondieron coreando cada canción, especialmente «The Perfect Machine».
El ambiente se transformó en una verdadera celebración. A pesar de algunos momentos en que el sonido se saturó ligeramente, la banda demostró gran cohesión y energía, transmitiendo desde el escenario una potencia difícil de igualar. La fusión de power metal con toques progresivos fue impecable, dejando al público con la sensación de haber presenciado algo especial.
A las 20:30 horas fue el turno de Grave Digger, encabezados por Chris Boltendahl, acompañados por Tobias Kersting, Jens Becker y Marcus Kniep. Una de las agrupaciones más emblemáticas del heavy/power alemán regresó al país en el marco de una gira que no solo promociona su más reciente álbum, The Bone Collector, sino que además celebra sus 45 años de carrera. El resultado fue, sin duda, el show más pesado y enérgico de la noche.
Aunque la voz de Chris se mostró algo fatigada por momentos, la banda sonó como una máquina perfectamente ajustada: precisa, poderosa y con un sonido arrollador. Fue una de las presentaciones más celebradas por el público, con múltiples mosh pits que se extendieron durante todo el set. Canciones como «Excalibur» y «Heavy Metal Breakdown» fueron coreadas con fuerza, transformando el Teatro en una fiesta de pura adrenalina. Grave Digger reafirmó por qué sigue siendo un nombre fundamental dentro del metal europeo.
Para el cierre, y con la esperanza de que haya una nueva edición en 2026, subió al escenario Masterplan, otra de las bandas más esperadas del festival. Roland Grapow y compañía sorprendieron con un recorrido por doce temas que repasaron lo mejor de su trayectoria. «Spirit Never Die» y «Crimson Rider» fueron coreadas con fuerza por un público que, pese al evidente cansancio, se mantuvo entregado de principio a fin.
La conexión con la audiencia se intensificó cuando la banda rindió homenaje a sus raíces interpretando «The Time of the Oath«, clásico de Helloween. El show bajó el ritmo, pero no la intensidad: fue una presentación cargada de emoción, con Rick Altzi —actual vocalista— mostrando gran carisma y química con sus compañeros. Para el gran cierre, Heroes y un guiño a Deep Purple con un pequeño cover pusieron el broche de oro a una jornada redonda.


































