Hablar de Bôa suele llevar, inevitablemente, a mencionar “Duvet”. La canción se volvió un fenómeno a comienzos de la década del 2000 gracias al anime «Serial Experiments Lain», y es el punto por el que muchos entran al universo de la banda. Pero limitarlos a ese único tema es perderse la parte más interesante de lo que han construido: un catálogo pequeño pero contundente, que encuentra su expresión más completa en álbumes como “Twilight” (2001) y en su trabajo más reciente, “Whiplash” (2024).

Formados en Londres en 1993, la banda desarrolló desde sus inicios un camino propio. Mientras el britpop acaparaba la atención, Bôa optaba por una mezcla más sutil de guitarras limpias, una producción suave y una cierta influencia del trip-hop, junto a la voz clara y expresiva de Jasmine Rodgers como hilo conductor. Esa identidad quedó plasmada en “Twilight”, el disco que muchos consideran la verdadera carta de presentación del grupo.

Este trabajo no es un acompañamiento de “Duvet”; es un álbum completo, con ideas que van más allá de su canción más conocida. Sus temas muestran una banda segura de su estilo, con melodías luminosas y un tono emocional que explota en ciertos pasajes. Canciones como Elephant, Twilight o Fool dejan ver la versatilidad del grupo, su capacidad de crear ambientes sin perder claridad ni fuerza. Es un disco que revela la cohesión creativa de la banda, y que sirve además de una postal de la época y por sobre todo una grata sorpresa entre quienes solo han escuchado su single más famoso.

Tras ese álbum, la banda siguió evolucionando, y con su disco “Get There” (2005) llevó su sonido hacia un enfoque centrado en el rock alternativo, con una producción que se siente más cálida y directa. Lejos de repetirse, la banda mostró que podía avanzar sin abandonar su esencia. Este trabajo, aunque menos conocido por el público general, refleja un crecimiento natural: estructuras más sólidas y una interpretación vocal que demuestra la evolución de Jasmine Rodgers como artista.

Pero la vida da giros sorprendentes. Gracias al resurgimiento inesperado de “Duvet” en redes sociales, Bôa decidió volver al estudio. El resultado es “Whiplash” (2024), su primer álbum en casi dos décadas. Este disco demuestra que los años no pasan en vano, porque hay una madurez evidente en las letras, que hablan de rupturas, crisis personales. Hay guitarras nostálgicas y melodías cálidas en canciones como “Beautiful & Broken”, “Vienna” o la propia “Whiplash”, dejando en claro que el grupo no ha perdido su sensibilidad, pero ha ganado perspectiva.

Por eso, reducir a Bôa a “Duvet” es quedarse en la superficie. Pudo perfectamente convertirse en una banda one hit wonder, pero detrás de aquel single hay una rica discografía de una banda con un sonido propio y que ha sabido reinventarse con el paso de los años.

Los ingleses debutarán en nuestro país este viernes 21 de noviembre, a partir de las 21 horas en el Teatro Coliseo. El sector cancha ya se encuentra agotado, por lo que el único sector disponible es platea baja con un costo de $51.750 y puedes adquirir tu ticket a través del sistema Punto Ticket.