Hablar de Cap’n Jazz es hablar de un accidente feliz, de una banda que nunca pretendió ser el eje de un movimiento, pero que terminó siendo una especie de piedra angular para todo lo que vendría después. Surgidos a principios de los 90 en Chicago, este grupo de amigos adolescentes conformado por Tim Kinsella, Mike Kinsella, Davey von Bohlen, Sam Zurick y Victor Villarreal, se juntaron sin más pretensión que hacer ruido, tocar rápido y gritar sobre lo que sentían. Y sin quererlo, definieron una nueva manera de entender la vulnerabilidad dentro del hardcore punk.
Lo que hacía especial a Cap’n Jazz era esa energía desbordada y torpe, casi adolescente, pero cargada de una sinceridad brutal. Su música parecía estar siempre a punto de desmoronarse, y sin embargo en esa imperfección se encontraba una belleza única. Canciones como “Little League” o “Oh Messy Life” son puro desahogo emocional, un torrente de guitarras entrecortadas y voces quebradas que traducen el caos interno de crecer y no entender nada.
Con un solo álbum a su haber, el mítico “Burritos, Inspiration Point, Fork Balloon Sports, Cards in the Spokes, Automatic Biographies, Kites, Kung Fu, Trophies, Banana Peels We’ve Slipped On, and Egg Shells We’ve Tippy Toed Over” (1995), con el tiempo se convirtió en un documento esencial. Lo que vino después es historia: sus miembros formarían bandas que marcarían el rumbo del emo y el indie de los 2000, como American Football, The Promise Ring, Joan of Arc. Cada una tomó un pedazo de la sensibilidad de Cap’n Jazz y la llevó por caminos distintos, más maduros, más introspectivos.
A más de tres décadas después de su formación, el legado de Cap’n Jazz sigue vivo. No solo en las bandas que los sucedieron, sino en cada músico que entiende que la emoción puede ser tan ruidosa como íntima. Escucharlos es recordar que el arte, a veces, nace del descontrol: de no saber afinar del todo, de gritar hasta quedarse sin voz, de escribir letras sin sentido aparente que, sin embargo, te llegan al pecho.
El esperado debut de Cap’n Jazz se materializará este próximo martes 11 de noviembre, a partir de las 20:30, en Club Chocolate ubicado en el centro del Barrio Bellavista y las entradas cuentan con un precio único de $44.850, a través del sistema Punto Ticket.

































