Pocas bandas han dejado una huella tan profunda en la música alternativa como Refused, el grupo sueco que transformó el hardcore punk en un manifiesto de rebeldía artística y política. Formados en la ciudad industrial de Umeå en 1991, los cuatro integrantes —Dennis Lyxzén (voz), David Sandström (batería), Kristofer Steen (guitarra) y Jon Brännström (guitarra)— comenzaron tocando un punk agresivo y directo, inspirado en bandas estadounidenses como Minor Threat o Black Flag. Pero pronto decidieron romper las reglas del género.
Su evolución alcanzó un punto de quiebre con el álbum The Shape of Punk to Come (1998), una obra que combinó la furia del hardcore con jazz, electrónica, samples, estructuras experimentales y una conciencia política radical. Aunque el disco fue ignorado en su lanzamiento y la banda se separó poco después, con el tiempo se convirtió en uno de los álbumes más influyentes del rock moderno, citado por artistas tan diversos como Rage Against the Machine o Enter Shikari.
Refused no sólo atacaba al sistema capitalista o a la industria musical; también cuestionaba cómo debía sonar la música rebelde. Su mensaje se resumía en una idea que todavía resuena.
Tras más de una década de silencio, el grupo regresó en 2012 y luego publicó nuevos discos como Freedom (2015) y War Music (2019). Aunque ninguno alcanzó el impacto revolucionario de The Shape of Punk to Come, mantuvieron su compromiso con la experimentación y el activismo.
Refused no es sólo una banda de punk: es un recordatorio de que la música puede ser un acto de desafío, una herramienta de pensamiento y una forma de crear futuro, en esta oportunidad es una imperdible de ver para el próximo 3 de noviembre en Sala Metrónomo, ya que siendo su debut viene despidiéndose de los escenario tras años de ruedo. Entradas disponible vía Punto Ticket.






























