Durante la última década, Wes Scantlin se ha convertido en blanco de críticas y bromas debido a sus múltiples arrestos y episodios polémicos sobre el escenario. Sin embargo, el líder de Puddle of Mudd sostiene que sus acciones han sido exageradas por los medios.

En años recientes, Scantlin ha enfrentado cargos por allanamiento, ha sido rociado con gas pimienta por un equipo SWAT y arrestado por violencia doméstica grave, entre otros problemas legales. A principios de este año, atribuyó a un excompañero de banda la responsabilidad por haberle dado pastillas para dormir antes de un caótico concierto durante la Semana de la Moto en Daytona.

En una reciente entrevista con Trunk Nation With Eddie Trunk de SiriusXM, el cantante afirmó que su reputación está sobredimensionada. “Mi objetivo principal es simplemente no meterme en problemas”, dijo. “No hago muchas cosas malas. Pero soy como un pez grande en un estanque pequeño. Me usan como trofeo navideño; me arrestan el día de Navidad, una y otra vez. Soy el trofeo”.

Añadió que ha cometido errores, pero que muchas veces fue arrestado por razones insignificantes. “A veces solo respiraba mal y terminaba esposado. Mi lema es: si te topas con el ‘muro psicópata’ –refiriéndose a relaciones sentimentales difíciles–, date la vuelta y corre”.

Sobre los constantes cambios de alineación en Puddle of Mudd, Scantlin espera que su formación actual (con Michael Anthony Grajewski en el bajo, Miles Schon —hijo de Neal Schon de Journey— en la guitarra, y Jon Smith en la batería) se mantenga estable. “Ahora mismo todo está bien, y le pido a Dios que nadie me abandone de nuevo”, dijo. “Las transiciones son un fastidio”.

La banda está de gira, presentando su nuevo álbum Kiss the Machine, lanzado en mayo pasado.