Por Bayron Ríos
Fotos por Juan Kattan – Kattan.ph
Un lleno total fue lo que albergó Sala Metrónomo en la fría y lluviosa noche santiaguina para el esperado debut de una de las bandas más importantes dentro de la escena hardcore a nivel mundial. Y es que lo que generó Touché Amoré fue una locura, una catarsis colectiva que estalló en todos los niveles, entregando uno de los conciertos más intensos y emocionales en lo que va la cartelera del año.
A pesar que el clima fue ideal para lo que genera la banda, la primera gran lluvia del año en Santiago ralentizó la llegada de los fanáticos al reducto de Barrio Bellavista, llenando el espacio de forma paulatina. A medida que se iba notando el sold out del concierto, los nacionales de Relámpagos fueron los encargados de darle temperatura a la noche a punta de mosh, circle pits y 2 step. La novel agrupación repasó su ep “Temporada de Tormentas” (2024), además de mostrar parte de lo que será su próximo larga duración. Tras media hora de show, la participación de la banda fue todo un acierto y que justifica su posición dentro de lo más destacado en la nueva oleada del hardcore en la escena local.
Cuando el reloj se acercaba a las 21 horas, Sala Metrónomo ya se encontraba a tope a la espera de los californianos, quienes de manera muy sencilla se paseaban por el escenario revisando los últimos ajustes previo al comienzo del show. Ya en la hora señalada, Touché Amoré se asomó por completo sobre el escenario tomando posiciones y recibiendo el cariño del público, para iniciar la fiesta junto a “~ (tilde)” iniciando la locura entre los fanáticos que rápidamente se lanzaban por sobre la gente.
La intensidad del publico fue protagonista en todo momento, desde los incesantes stage dives hasta los mosh que se armaban cuando la batería de Elliot Babin ametrallaba con sus blast beats. El grupo repasó lo más destacado de su catálogo casi por completo, por lo que hubo espacio para clásicos como “Uppers/Downers”, “Home Away From Here”, “Just Exist” o “Come Heroin”, además de cortes pertenecientes a su último trabajo de estudio, “Spiral in Straight Line” (2024), que ya se alzan como indispensables tales como “Nobodys” o la tremenda “Hal Ashby”.
Siempre con una sonrisa en la cara, Jeremy Bolm agradecía la energía del público aunque de primera impresión no le gustaba que se le acercaran los fans que intentaban abrazarlo o tomar el micrófono cuando subían al escenario hacia el stage diving. Dejando la postal final tirando el micrófono al aire durante el cierre de “Honest Sleep”, en pos de la perfomance. Aun así, su emoción era real y palpable, repitiendo las gracias y pidiendo perdón por no haber venido antes al país, y con los vítores de los fans que llegaron a tope cuando todos le gritaban al unísono, de manera cariñosa, “pelado”.
La desgarradora voz de Jeremy hizo retumbar la Sala Metrónomo, con un show muy esperado por parte de los fanáticos y aunque las letras de Touché Amoré puede estar ligada de forma figurada a estados depresivos o de ánimo bajo, su presentación en suelo nacional fue todo lo contrario. Fue un concierto esperanzador y lleno de emociones, en donde la fraternidad fue la tónica del público hacia con la banda y entre ellos mismos. Un debut a la altura de las circunstancias y quedará en la retina de muchos de los que presenciamos este hito.