Por Diego Ramírez

Fotos Juan Kattan – @Kattan.ph

El show de The Amity Affliction en Blondie, aunque celebrado en un espacio relativamente pequeño, no dejó de ser una experiencia intensa y vibrante. A pesar de que el local no llenó toda su capacidad, quedando relativamente a la mitad, la energía de los asistentes fue tan arrolladora que el ambiente se sintió sumamente íntimo y cercano. Desde el inicio, el público demostró una entrega total, coreando con fervor cada canción, sin descanso, desde el primer hasta el último acorde. La elección de «Pittsburgh» como tema de apertura fue un claro presagio del entusiasmo que dominaría la noche.

La emoción alcanzó su punto máximo con «Drag the Lake«, cuando la multitud estalló en saltos y gritos, mostrando su total conexión con la banda. El vocalista, agradecido y visiblemente emocionado, expresó su gratitud por la calidez de los asistentes, destacando lo especial que era estar tocando en Chile.

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En «The Weigh Down«, la energía se desbordó aún más, con la creación del primer mosh pit de la noche. La algarabía era tal que, incluso en medio de la mosh, la gente continuaba cantando y vitoreando. Al concluir la canción, la banda recibió una de las primeras ovaciones del público, quienes no pararon de aplaudir.

Antes de interpretar «Don’t Lean on Me«, el vocalista reafirmó lo increíble que resultaba estar en un lugar tan lleno de pasión. La introducción al piano despertó una ola de emoción en el público, que no dudó en aplaudir y unirse al coro con total devoción. Al ver el entusiasmo desbordante de sus seguidores, el cantante saludó a todos estrechando manos, mientras la multitud no dejaba de cantar al unísono.

Cuando llegó el turno de «Open Letter«, el vocalista pidió a los asistentes que formaran un mosh antes de comenzar. Sin embargo, tras este momento de caos, la canción fue recibida con una impresionante muestra de fidelidad, con los fans cantando al unísono. El vocalista, visiblemente sorprendido por la devoción de su público, pidió al bajista que dejara de cantar para escuchar cómo las voces del público resonaban con fuerza.

La canción «Chasing Ghosts» trajo consigo otra dinámica: el cantante pidió a la audiencia que se separara en dos para formar un gran mosh pit. Tras esta explosión de energía, la atmósfera se tornó más tranquila, con la gente disfrutando de la música y cantando con aún más pasión.

El concierto continuó con «Death’s Hand«, una canción que, con la frase «This is fucking amazing«, marcó un nuevo pico de euforia. La gente, sin necesidad de que se les pidiera, se entregó nuevamente al mosh, a pesar de que la energía empezaba a decaer hacia el final del show. En las partes más explosivas, la participación en el mosh fue más limitada, ya que la mayoría de los asistentes se concentraron en cantar y disfrutar de la música.

A medida que se acercaba el final, «Give It All» se convirtió en el preludio de la despedida. El vocalista, con su teléfono en mano, comenzó a grabar el momento, lo que causó que el público se emocionara aún más y coreara con entusiasmo. Cada coro fue cantado con fervor, y el cantante, encantado con la respuesta del público, permitió que fueran ellos quienes dominaran las melodías, sonriendo al ver cómo todos disfrutaban.

Aunque el espectáculo estuvo marcado por la brevedad, la calidad del sonido fue un tema recurrente entre los asistentes. Algunos comentaron que la guitarra no se escuchaba con la claridad esperada y que la batería opacaba a veces a los demás instrumentos. A pesar de estas pequeñas críticas, el público no dejó de expresar su satisfacción al concluir la presentación. “Qué buena que estuvo esta mierda” fue la frase que resumió el sentir general tras un concierto lleno de euforia, pasión y un público completamente entregado.

El regreso de la banda al escenario, tras la ovación y el griterío de los asistentes, cerró la noche con «Soak Me in the Bleach«, en la que la fanaticada cantó al unísono la introducción junto a las palmas. En este momento, la gente se dedicó más a cantar que a saltar, y la dinámica de hacer que todos se sentaran para luego explosionar con la canción generó un clímax final de pura energía.

Al final del espectáculo, los asistentes se marcharon satisfechos, a pesar de la corta duración del show, y con la sensación de haber vivido una experiencia inolvidable, que seguramente quedará en sus recuerdos como una de las noches más vibrantes de su vida.