Por Ignacio Bataller
Fotos por Javier Martínez de Spider Prod.
A pesar del intenso calor del actual verano, tanto Mortiis como Nytt Land lograron transportar a los presentes en Sala Metrónomo a una lejana tierra invernal durante algunas horas. Cada uno con su propio estilo musical, crearon una atmósfera fría y cautivadora.
Tras la apertura de puertas a las 19:00 horas, hubo que esperar una hora más para que Nytt Land subiera al escenario a las 20:00. La banda originaria de Kalachinsk, Siberia, Rusia, regresó a nuestro país después de su debut hace algunos años, ahora mucho más consolidada dentro de la escena del folk oscuro con raíces nórdicas.
Con la seguridad de una propuesta fortalecida, el dúo compuesto por Anatoly y Natalya Pakhalenko envolvió al público en un viaje místico durante casi una hora. A través de un ritual musical cargado de simbolismo, lograron transportar a los presentes a un imaginario bosque helado, creando una atmósfera cautivadora y envolvente.
Poco después, pasada las 21:00 horas, el maestro Mortiis volvió a tierras chilenas como parte de la gira por el 30º aniversario de Født Til Å Herske, su álbum debut que sentó las bases del dungeon synth. Durante 53 minutos, interpretó ambas partes del disco en su totalidad. Desde las primeras notas, la audiencia quedó en trance, atrapada por la propuesta minimalista pero poderosa del noruego.
Aunque el estilo de su música puede parecer frío, Håvard Ellefsen, la mente detrás del proyecto, interactuó cálidamente con el público mediante gestos y señas. Su presencia fue magnética, y la conexión con los presentes se sintió genuina.
A pesar de los contrastes entre ambas presentaciones, Nytt Land y Mortiis demostraron ser complementarios. Sus propuestas minimalistas, lejos de quedar opacadas, resultaron grandiosas en una noche donde la música, a pesar del caluroso domingo, llenó por completo la Sala Metrónomo.