Por Ignacio Bataller
Desde sus inicios en 1985, la agrupación liderada por Anton Reisenegger ha construido un legado que trasciende fronteras. No solo sentaron las bases para el metal extremo en Chile, sino que también dejaron una huella profunda en nombres influyentes como At the Gates, Dismember, Napalm Death y Avulsed. Este impacto, lejos de ser pasajero, se mantiene vivo y sigue resonando en la actualidad.
Aunque en su momento su obra no obtuvo el reconocimiento que merecía, la reactivación del proyecto en 2009 marcó un punto de inflexión. Desde entonces, Reisenegger y su equipo han comprobado el alcance de su música, tanto por la admiración de artistas destacados como por el apoyo de oyentes fieles que han seguido su trayectoria a lo largo de los años.
Su sonido ha sido llevado a escenarios y festivales de renombre, no solo en Chile, sino también en numerosos rincones del planeta.
Con el reciente lanzamiento de Eternal Life of Madness, la banda se alista para un nuevo hito en su carrera. Esta vez, serán parte de la segunda edición de la renovada versión del Masters of Rock, programada para el 23 y 24 de abril en el Movistar Arena.
En este mismo lugar ya demostraron su potencia el año pasado al abrir el show de Ghost, otra banda que ha recibido su influencia. Ahora, compartirán cartel con Opeth, Savatage y Judas Priest, añadiendo un toque oscuro y extremo a un evento que celebra a las grandes figuras del rock y el metal.
Es un honor bien merecido para uno de los nombres más emblemáticos de la escena chilena. Su presencia en este prestigioso festival reafirma por qué Pentagram (Chile) ocupa un lugar tan especial para músicos y seguidores, equiparable al de figuras internacionales como Opeth o Savatage.
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