Por Ignacio Bataller
Fotos por Ramón Gómez – Lotus producciones
En su décima presentación en Chile, Dream Theater dejó dos puntos claros. Primero, el rock y el metal progresivo cuentan con una audiencia inquebrantable, capaz de llenar cualquier recinto donde artistas o grupos del género se presenten, alcanzando niveles de convocatoria similares a los estilos más extremos como el thrash o el death metal.
Segundo, la conexión entre la banda y el público chileno se ha consolidado como una relación especial, profundamente arraigada, destacando además el vínculo particular de Mike Portnoy con los fanáticos locales.
El regreso del legendario baterista a la formación no solo añadió un significado especial a esta gira de aniversario, sino que también fue, probablemente, el factor decisivo para que decidieran incluir dos fechas en su paso por el país.
Más allá de la promoción del último álbum, la reunión de Portnoy con sus compañeros intensificó la relevancia de este tour, convirtiéndolo en un acontecimiento que reafirma la fuerza de este lazo único con la audiencia nacional.
A las 19:00 horas se abrieron las puertas del Movistar Arena, marcando el inicio de una noche inolvidable. Una hora después, la atmósfera se llenó de energía cuando Bastían Martínez, con su proyecto instrumental Baxty, tomó el escenario. Su potente despliegue de riffs de metal contemporáneo preparó a la audiencia para lo que vendría, mientras más asistentes seguían llegando al recinto. Finalmente, a las 21:00 en punto, el esperado regreso de Dream Theater a Chile se convirtió en realidad.
Aunque su anterior presentación en la Quinta Vergara recibió elogios, muchos asistentes quedaron con ganas de más. Esta vez, el objetivo fue claro: brindar una experiencia inolvidable de principio a fin. Durante casi tres horas, incluyendo una breve pausa, la banda ofreció un recorrido por su vasta trayectoria de cuatro décadas. Desde el inicio, con la electrizante trilogía conformada por Metropolis Pt. 1: The Miracle and the Sleeper, Act I: Scene Two: I. Overture 1928 y Act I: Scene Two: II. Strange Déjà Vu, el público del Movistar Arena quedó completamente extasiado, rindiéndose una vez más ante los gigantes del metal progresivo.
Una inquietud que rondaba antes del show era el desempeño vocal de James LaBrie, especialmente después de algunas dificultades evidenciadas en las primeras fechas de esta gira. Sin embargo, durante este debut en Santiago, su interpretación no presentó mayores problemas ni desafinaciones notorias. Se podía percibir un esfuerzo extra en su ejecución, pero sin comprometer la calidad del canto. En cuanto al resto de los integrantes, describir su actuación como impecable sería quedarse corto; la precisión y cohesión con la que ejecutaron cada pieza demostraron por qué son una verdadera máquina en sincronía.
Temas como Panic Attack, As I Am, Stream of Consciousness, Octavarium y Pull Me Under desataron una euforia colectiva, con el público vibrando en un trance frenético o dejándose llevar por la energía de la música. La emoción al ver a Mike Portnoy de vuelta en la batería fue palpable, así como el entusiasmo del grupo por reencontrarse con sus seguidores chilenos, reafirmando una vez más el lugar especial que Dream Theater y el metal progresivo ocupan en Chile.