El calor era infernal, 38 grados que amenazaban con quemar la actividad de la gente con su simple presencia y dispuesto a devastar con la sed de todos.

Las calles de Recoleta se volvían un horno comunal y sin escapatoria, pero nada de eso evitó lo sucedido en la jornada del sábado 26 de enero dentro del mítico escenario del Arena Recoleta. Festival Aldea abrió sus puertas a las 16:00 hrs que-con leves retrasos de tiempo- inauguró una organización de meses que dio frutos en los ejes esenciales de esta fecha.

Con un gran equipo de sonidistas expertos, stock de merchandising acompañado de sus precios económicos en el catálogo de comida y bebestibles, las leves complicaciones del comienzo de la tarde no fueron un estorbo para el desarrollo del evento. Incluso, las pruebas de sonidos fueron resueltas y de ahí en adelante todo sonó bien para todos los grupos presentes.

Loa encargados de darles vibra funk clásica a este nuevo festival, fue el dúo Antes de Nacer, quienes declararon que a pesar del insoportable calor, decidieron salir con sus vestimentas (unas capas azules) como parte de su compromiso respecto al concepto visual en el escenario. La sonoridad de una voz potente, bailarinas de acompañamiento y sentimiento en las 6 cuerdas, la banda dio una presentación breve pero llena de desplante y personalidad en el sintetizador, como también en los inspirados solos de Leonardo Bascúr, quien motivó a la gente a bailar a pesar del clima, y así pasarla bien. Incluso, se la jugaron con un cover muy distinto del clásico enrabiado de Nirvana, «Lithium«, otorgando un toque alegre y bailable. Ya terminada su presentación se otorgó el relevo a otra piel de música.

Psicodelia y poesía han ido de la mano toda la vida. Haciendo volar pensamientos entre vientos acalorados, Jemmy Button hizo flotar sus emociones con su música experimental, la cual destacó por su habilidad grupal. Los miembros cambiaban roles vocales y de composición en cada canción para así entregar una visión distinta. Terminada esta sección, ya se podía sentir el poder femenino tomando fuerza.

Yorka y Anisas incentivaron al discurso feminista dentro de la industria con talento alternativo. Dos propuestas que destacaron por la conexión interna y externa de sus interpretaciones. Anisas nos trajo un vistazo de música electrónica indie enfocada a la transmisión y creación de momentos sensibles, embellecidos por el uso de efectos vocales armoniosos. Yorka trajo una simpatía y carisma mutuo con su público, la gente estaba bailando con un poco más de sombra mientras la banda disfrutaba de su música en el escenario. La personalidad de cada miembro se notó con cada canción y la energía comenzó a apoderarse de los espectadores.

El sonido estaba funcionando de manera fluida, los horarios funcionaron fluidamente y llegaba la hora de la última parte del festival.

Los anfitriones de este evento tenían todo preparado para comenzar con el viaje de este nuevo año. Franja de Gaza en esta ocasión no llegó con la intención de causar el impacto conceptual del cual ambientan con videos y puesta en escena del espacio exterior, sino de pasarla bien en un contexto que logró unir a muchas personas en un ambiente grato de disfrute sonoro. La banda mostró parte de su disco «Despegue«, con un setlist más acotado que de costumbre, pero que se lució con la potencia y emotividad de su repertorio usual. Ese era el comienzo del fin, porque la corrida que vino fue una de lujo.

De verdad tener de corrido a Kuervos del Sur, Como Asesinar a Felipes y La Brígida Orquesta en una misma noche es potencial delirio de música chilena de calidad en sus diferentes variables. Cada uno en su tiempo limitado, logró potenciar todo el Arena de la manera que prometió siempre el festival, otorgar una parrilla que no tiene nada que envidiarle a otros festivales nacionales de verano. Para los que no saben, todo este fue gestionado y organizado por los miembros de Franja de Gaza, y resultó en una fecha memorable con artistas que valieron el económico precio ofrecido desde la primera venta.

En una pausa del concierto de los Kuervos, su guitarrista, Pedro Durán, habló sobre enfrentar al enemigo, de una manera motivacional y emotiva. El enemigo que tenemos en esta industria va siendo afectado por la preferencia de artistas, por prioridad de ventas y no de calidad. Un sin fin de excusas que tienen la mayoría para escoger a las mismas bandas de siempre, y no potenciar las nuevas. Pues Aldea logró por una noche ganarle a ese villano, pisarle los talones para entregar un evento justo y preciso, pero prometió con lo que cumplió. Con ansias espero una nueva edición el próximo año. Todo autogestionado por ellos, demostrando otra vez la importancia de ser perseverante en la difícil escena musical.