Maldito año, no puedo decir nada más. Las alegrías han estado, pero cada vez los ídolos y héroes nos empiezan a dejar físicamente, y nos empezamos a inundar en vasos y brindis por sus enormes y excelentes vidas.

Lo que se perdió hace unos días atrás pasa ser más allá que una nueva baja dentro de los legendarios personajes del rock and roll, sino que la desaparición de una de las piezas fundamentales que forman parte de este. Malcolm Young nos dejó en paz, tranquilidad y cerca de sus más queridos, siempre peleando con la maldita demencia que lo acorralaba, en el que a pesar de todo,  siempre trató de entregar cada acorde dentro de su historial musical, mientras que las páginas se iban en blanco.

Haber co-fundado una de las agrupaciones más importantes de la historia es uno de los muchos méritos que él nos entregó. Mientras su hermano Angus se enloquecía frente a una multitud, Malcolm era el cerebro y estructura de los riffs más emblemáticos de AC/DC, siempre estando reservado y potenciando la maquinaria pesada que era la banda australiana.

Su presencia no era menor, todos recuerdan al chico de la gran melena compartiendo micrófono con Bon Scott y Brian Johnson mientras ellos hacían el show, o solo meneando la cabeza con actitud y cumpliendo su labor al darle energía de sobra a las canciones que ya eran parte de nuestras vidas. Su lugar era estático, pero su sonoridad era un sello inminente de porque el rock es más que una pieza larga o compleja, sino también una cosa de simpleza y de pura rebeldía, que con 4 notas poderosas hacía estallar los estadios más grandes del universo.

Tu influencia es una cosa de valorar, y el haber creado a la banda más ruidosa de la historia en conjunto con tu hermano no basta. Simplemente te debemos las gracias por esas canciones en las cuales tus cuerdas no solo sonaban, sino que nos teletransportaban en la aturdida carretera del infierno, y tan cercanas al estruendoso sonido del trueno.

Malcolm Young, solo te debemos las malditas gracias. Por todos los que rockeamos contigo te saludamos.

Q.E.P.D. Malcolm Young