La vida es un juego lleno de oportunidades, en donde cada movida es fundamental para llegar a la meta. A veces ese objetivo se demora en llegar, y la paciencia es esencial al momento de empezar una carrera musical o deportiva, con la hermandad siendo una herramienta que a muchos los mantiene con las ganas intactas, inspirando historias tiernas como también sufridas, y que llegan a ser entretenidas, y en casos, insólitas. El año pasado Danny Clinch tuvo la responsabilidad, en conjunto con Pearl Jam, de grabar y dirigir las dos cálidas presentaciones que el grupo dio el año pasado durante la temporada histórica de los «malditos» Chicago Cubs, que después de 103 años pudieron ganar la serie mundial.

Este registro musical y empírico comienza con un recuento breve pero simbólico sobre lo que es ser un fanático veterano de los Chicago Cubs, y con la pasión enorme de Eddie Vedder explayándose frente al equipo de sus amores. Combinando historias que envuelven a la banda y al equipo, entregando un vistazo emocional genuino sobre el fanatismo mundial que tiene Pearl Jam, el inmenso cariño de los hinchas a pesar de la sequía de títulos, y una secuencia de historias tan cotidianas como impactantes y hermosas. Toda la linea cronológica de la película toma valor e importancia de manera sublime por el orden y contraste argumental que cada canción tiene dentro del contexto en el que indaga, haciendo cada momento uno más significativo y humano que el otro.

El material documental usado es genial, complementando con registros noventeros del grupo, y videos históricos de los Cubs que evidencian el largo camino que ha tenido que correr el equipo con el historial más infame de la historia del baseball norteamericano. Otra cosa que se logra percibir desde el comienzo, y que da realce a esta producción, es todo el enfoque que se le hace a la gente que manifiesta sus pasajes y vivencias en ambas situaciones, creando escenas memorables. Si bien en el trabajo audiovisual anterior (PJ20,2011) se centra directamente en la banda, acá los seguidores son el eje fundamental que impregna la grandeza y emotividad de este relato.

En sonido fue algo impactante. Para la gente que los ha ido a ver en vivo, realmente es un lujo haber sido parte de esta función  exclusiva en cines, y poder escuchar una calidad sonora que destacaba por su precisión y potencia. Las tres guitarras (Vedder, McCready, Gossard) sonaban excelentes, y para que decir de los bombos de Cameron, los bajos de Ament y el órgano de Boom Gaspar en toda su entrega.

Finalmente acá es genial como uno sin conocer casi nada del equipo protagonista, sale como un hincha más. La transmisión de la emocionante final, las reacciones de la gente frente a momentos tensos, y los quiebres amistosos compartidos entre Eddie, Stone, Mike, Jeff, Matt y Boom sacan más de alguna bonita lección sobre la perseverancia y el amor a lo que uno hace. En las buenas, y en las malas

Let´s Play Two es un documental que desde el comienzo abraza la palabra fidelidad, y crea un ambiente universal en el cual todos cabemos, seamos conocedores del baseball o no, o incluso siendo nuevos en la música y entrega de Pearl Jam. La importancia de la resiliencia dentro de la comunidad musical y deportiva, y de como pueden otorgar sentimientos encontrados en momentos indicados y asertivos. Una gran ola de inclusión y amistad representada en la historia de estas facciones, que a pesar de ser diferentes, tienen más similitudes que diferencias. Es simplemente bello.