Hace ya 4 años que no sabíamos nada de Queens of the Stone Age, y la verdad es que habían dejado la vara muy alta con Like Clockwork…, que sin duda alguna no dejó a nadie indiferente. Pero ahora la historia es otra, y, al fin tenemos en nuestro poder el esperado Villains, que de partida, podemos decir que absoltumente tiene un sonido de renovación, fortificación, y a la vez, de pasarlo bien.

La producción de este disco fue muy diferente en comparación a previos esfuerzos de QOTSA, ya que hubo tres colaboradores diferentes en la grabación (Mark Ronson, Alan Moulder y Mark Rankin), en particular, esto nunca había pasado con algún disco de QOTSA. Otro punto a mencionar es que Mark Ronson es el productor estrella de personajes como Adele y Bruno Mars, y tiene la fama de que todo lo que toca es oro, ¿Pasaría lo mismo con QOTSA?, la verdad es que sí, pasó.

Desde el primer segundo, percibimos una ola creciente de sintetizadores, guitarras con distorsión y kicks que nos hacen sentir que se nos viene algo grande. Luego de la introducción de casi 1 minuto y medio en Feet Don’t Fail Me Now, se nos golpea con un quiebre energético que es una manera perfecta para comenzar Villains, incluso tiene una vibra funk. La dualidad que existe entre las guitarras de Josh Homme y Troy Van Leeuwen es una transmisión perfecta que le da variados matices a los tracks que escuchamos a lo largo del disco. En canciones como Domesticated Animals, nos impregnamos de una esencia blues, pero con un toque mucho más denso.

A medida que avanzamos en el disco, hay claras referencias al sonido de T.Rex, Beck, e incluso Franz Ferdinand. Algunos han hecho comparaciones más extremas y señalan que hay canciones que les recuerdan a Arctic Monkeys (qué les pasa). Una comparación que es evidente, y que si podemos realizar, es que hay momentos que nos recuerdan mucho a Post-Pop Depression de Iggy Pop donde Homme estuvo presente. También hay que mencionar que este es el primer disco en donde está presente Jon Theodore, el cuál sorprende con su potencia y versatilidad a través de los tracks.

Head Like a Haunted House es una canción que hará felices a los fans de siempre, ya que la canción tiene el espíritu del rock n roll por donde se le mire. Al igual que en Like Clockwork…, hay un gran uso de sintetizadores a lo largo de Villains, gran ejemplo de esto es Un-Reborn Again. En The Evil Has Landed nos encontramos con uno de los puntos altos del disco, la melodía lenta y blusera, que tiene cambios de guitarra que te harán cabecear de una manera genial. En serio, tienen que escucharla con sus propios oídos, valdrá la pena. El álbum termina con Villains of Circumstance, donde el bajo funciona como un péndulo que va en creciente y donde a ratos juega con el lado más melódico de QOTSA. No es la mejor canción para cerrar el disco, pero tampoco es un track que nos deje entusiasmados.

Muchos podrán decir que este disco es una decepción en comparación a Like Clockwork…, ya que la esencia de las canciones, su estructura y su producción hay un sentimiento mucho más “pop”, y esto, no tiene porque ser algo negativo. Gracias a ese aire pop, tenemos canciones totalmente bailables y cabeceables, que lo único que harán es potenciar el setlist de la banda en vivo. ¿Es uno de los mejores disco del año?, no, no lo es, pero sin duda alguna no se nos olvidará fácilmente. Larga vida a Queens Of The Stone Age.