Hace un par de semanas el instituto creador del formato Mp3 (Instituto Aleman Fraunhofer), informó que no seguirá produciendo las licencias para el mp3, por ende no saldrán más productos compatibles con dicho formato.

Lo anterior, da para pensar y plantear hacia dónde va el consumo de la música, que sin duda a lo largo de los últimos 40 años ha ido variando en acceso y formato de consumo. En lo que respecta al mp3 podemos mencionar que es un formato que nació el año 1991, y que en nuestro país empezó a penetrar unos 5 a 6 años después gracias al acceso a Internet por plataformas “peer to peer” como Kazaa, Audiogalaxy y Ares que básicamente te permitían compartir archivos de tu computadora de forma gratuita.

La llegada del mp3 abrió la puerta a muchos melómanos a descubrir música gratis de todo el mundo y de variadas épocas, es un formato que además era más cómodo que el cassette y el cd. Si bien el cd se siguió ocupando durante algunos años fue básicamente con “cds virgen” para quemar no solo el disco de un artista, sino que la discografía completa en mp3. En aquellos años se democratizó el acceso a la música, pero pocos le tomaron el peso que se estaba sacrificando la calidad del audio, dado que el mp3 en términos simples, es un compresor de sonido que omite ciertos sonidos del archivo sonoro como tal, la perdida de la fidelidad va en función de los tasa de bits, siendo el más común los 128kbps, llegando al máximo ( pero de más peso en megabytes) 320 kbps, entonces en términos simples mientras mayor capacidad de megabytes teníamos en nuestros reproductores, nos llenamos de mucha música en la cual sacrificábamos la fidelidad sonora, la lógica apuntaba a la cantidad por sobre calidad, por lo cual era parte del día a día descargar discos que fueran versiones demo, bootleg, de mediana calidad, o con nombres mal etiquetados.

Ya pasado los 2000 y con el mp3 en su ápice, hubo grandes cambios en cuanto a la industria de la música relacionado del cómo se planteaban los sellos musicales, cuantos shows en vivo debían hacerse para ser rentable a una banda y como podía subsistir la venta de música en formato físico (principalmente cds y en segunda categoría vinilos).

Con el paso de los años y de alguna manera forma cíclica, el mp3 fue decayendo en razón de dos motivos principales, por un lado la tecnología nuevamente dio el pie a través del streaming que se pudiera igualar la calidad de la música a descargar, y por lo tanto plataformas como Itunes, Spotify y el mismo Youtube hacían más rápido y eficiente el consumo de música. Por otro lado, la nostalgia por la fidelidad sonora sumado a la necesidad de generar consumo, hizo que el vinilo de a poco volviera al mercado con ediciones necesarias y justificadas, ya que se dejaron de editar hace muchos años, y otras no tanto puesto que se sustentan en forma más que en fondo, con reediciones “de lujo” con colores de discos distintos, remasterizaciones sobre remasterizaciones, remezclas,posters, stickets, etc .

Si bien no toda la música fue grabada para ser editada en vinilo, algunos sellos y bandas han visto la oportunidad de revivir sus catálogos en bases al boom del vinilo generando constantes “reediciones limitadas”

Hoy en día sin duda el consumo música está comandado por el streaming y la pregunta sería pensar cuantos años será su reinado, sin dejar de mencionar que siempre están latentes los otros formatos como el cassette con un inminente renacer en los últimos 3 años y el cd que si bien ha bajado sus ventas, por temas de tamaño físico, acceso a un reproductor de cd y el menor cuidado (en especial comparado con el vinilo) hacen pensar que en algún momento pueda volver a ganar el puesto que tuvo hace 20 años. Según lo visto, los formatos van asociado a ciclos, en el cual elementos como la tecnología, la globalización y las tendencias que van en constante cambio impulsando y configurando como nos acércanos a la música. Por lo pronto, parece que ningún formato tiene asegurado el reinado de la industria para siempre.