¿Cómo superas una obra maestra? Esta es la pregunta que se le aparece a un sin número de bandas durante su trayectoria, algunos lo logran, y otros pierden el rumbo. Pero pocos han tenido la paciencia de American Football, uno de los nombres más reconocibles del emo, los cuáles esperaron 17 años para volver al mundo musical.

Con el paso de los años la banda adquirió una clasificación casi legendaria, al nivel en que hay foros de internet donde uno puede encontrar fans devotos al borde de la locura que viven su vida en torno al primer álbum de AF. Esto no es tan descabellado, ya que en 1999 la banda creó uno de los discos emo más geniales y memorables de todos los tiempos. Es por eso que cuando la banda anunció su regreso a las pistas, el hype de los fans se disparó hasta el infinito, pero como siempre pasa, no todos logran sobrevivir al hype. Y esto es la sensación que la mayoría de los fans tenían cuando se anunció que la banda lanzaría el inesperado “LP2”.

Al empezar a escuchar el disco, es como si las casi dos décadas de espera nunca hubieran pasado. “Where Are We Now”? es lo primero que nos dice la voz de Mike Kinsella, con una voz cambiada, que al compararla con la del disco anterior, nos hace sentir en gran magnitud el paso del tiempo. Esta pregunta del primer track es el corazón de LP2, ya que la banda juega con la condición natural de crecer, pero a través de la música y letras.

Los diferentes tracks del disco nos hacen pensar que Mike Kinsella, Steve Holmes, Steve Lamos y Nate Kinsella (aunque este último se unió en 2014) crecieron, pero en realidad siguen siendo los mismos. Esta premisa la podemos ver en la portada del disco, ya que nos pone en la icónica casa del primer álbum, pero esta vez desde una perspectiva diferente, como si estuviéramos visitando un recuerdo de la juventud. La casa se ve antigua y gastada, pero aún así, es familiar.

El sentimiento continúa a través de la música, donde AF prueba que aún tienen la habilidad para explorar los innumerables desafíos y cambios que nos da la vida. Pero esta vez en lugar de confrontar los problemas de la juventud, la banda lo mira desde una perspectiva más reflexiva. Desde principio a fin, LP2 nunca nos llena o nos deja saturados emocionalmente. En lugar de eso, el disco posee las cualidades que siempre hicieron única a la banda: estructura musical cargada con cambios de tiempo, armonías de ensueño y composiciones trabajadas que permiten a la banda darnos un disco totalmente variado y que no se siente repetitivo. La influencia de AF es inmensa, desde proyectos como Into It. Over It, ó bandas más recientes como Curse Words, toman notas de el sonido de American Football, pero este álbum nos hace recordar que AF no tiene comparación.

LP2 está siendo recibido con gran aceptación incluso por parte de los “actuales” fans del emo, esto es genial, ya que el contenido de las letras del disco es totalmente adulto, y cargado con una perspectiva de analizar la vida, en lugar de caer en el mar hormonal de los problemas juveniles. Es importante recordar que  este disco no fue hecho para el mismo tipo de personas que lo sufrieron todo en 1999, si no que es un disco hecho para la gente que ha crecido con ellos. LP2 es un disco maduro, sobre problemas adultos, un corazón roto adulto, y con dolor adulto. Quizás los jóvenes más ingenuos piensen que esas cosas no les pasan a todos, pero Kinsella y compañía están aquí para probar que ciertos tipos de dolor no tienen edad.

No quisimos spoilear mucho de lo que podrán encontrar en cada track, ya que este es un disco que deben vivirlo por ustedes mismos. Este álbum es la “mediana-edad” hecha de la mejor manera. La introspección cálida que nos brinda AF, hace parecer que ciertos discos de “regreso” de otras bandas parezcan un intento falso de hacer fan service. LP2 es el ejemplo de cómo una banda dirigida a un público joven si puede crecer y seguir haciendo buena música. Y respondiendo a la pregunta de un principio, si, sin lugar a dudas, esto si es una obra maestra.