Fotografías: Miguel Fuentes (The Fanlab)

Lo visto el día de ayer fue algo simple de entender, pero complejo de asumir. Parecía que fue ayer cuando escuché la música de Aerosmith por primera vez, con una impresión enorme en mis oídos, acompañada de la nostalgia que en su tiempo llevaba experiencias previas llenas de éxitos, y que la noche pasada dejaría en claro su propósito en la historia del rock. El grupo pisaba el escenario con la intención de desatar la locura y sensualidad con una puesta dramática, dándole inicio a una despedida sin precedentes.

«Chile ¿Están listos?». La pregunta se tornó en una avalancha de emociones, convertidas en una celebración rockera que comenzaría de la mejor manera posible. La fiesta abría el telón con «Back In The Saddle«, canción del 70, en donde el carisma de Steven Tyler, la ejecución de las cuerdas de Joe Perry y Brad Whitford, el bajo de Tom Hamilton y el remate de batería de Joey Kramer se apoderaban de manera instantánea de un Movistar Arena con 14 mil personas presenciando este hito. El coro de los fanáticos irradiaba alegría, al son de las guitarras que empezaban con una fuerza imponente, y un desplante deslumbrante frente a una ovación gigante. El animo subía como un ascensor demente, y llegaba al piso elocuente del amor. «Love in an Elevator» empezaba a prender todos los sentidos de lujuria posibles, con los solos espectaculares de Perry, y los emblemáticos coros que anunciaban la turbulencia apresurada del recinto. Dentro de toda relación, siempre hay un momento para derramar la primera lagrima. «Cryin» fue la primera balada del show, con los aullidos de todos los amorosos que alguna vez sufrieron en el intento, esto seguido de la canción «Jaded«. El hit emblema «Crazy» provocaba los primeros abrazos, con los agudos imposibles de Steven en su máxima exposición, y el afán del mismo por su fiel compañera, la armónica, entregándolo todo en el stage. La maquina del tiempo nos llevó al 76 nuevamente, con «Last Child» al comando de seguir variando en un setlist que hasta el momento estaba haciendo historia.

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«Livin on the Edge» fue uno de los puntos altos, en donde se pudo apreciar el buen cuidado vocal de Tyler, el cual daba miedo de lo intacto que estaba en vivo. Pasando por varios momentos, se volvió a la picardía característica de la banda, y con «Dude (Looks like a Lady)» las feminas empezaban a mover su cuerpo al ritmo de los riffs, y recorriendo sus caderas con fluidez. Pasaban dos temas más, para que la voz del lugar gritará con pasión desgarrada. «I Dont Want to Miss a Thing» llegó para entregar un abrazo auditivo, y físico para algunos. A penas se escucharon las primeras palabras de la canción, no quedaba nada más que cantar y recordar el tema icónico de la película «Armaggedon«, con el cual la canción saltó a la fama. El trío de canciones que se veía venir fue de ensueño. Un cover fidedigno de «Come Together» de The Beatles, seguido del riff de «Walk This Way«, finalizando con «Train Kept A-Rollin«.

Se apagaban las luces, y el encore se venía. El piano a la vista de todos, y Steven con sus lentes de sol con sus dedos pegados al instrumento jugaban con un OLE OLE OLE que contagió de inmediato. Lo que vino después simplemente puso los pelos de punta. «Dream On» con un drama, y enfoque que solo mejoraba el ambiente. Fue esa canción que definitivamente daba cátedra al final. «Sweet Emotion» tuvo la responsabilidad de cerrar con una noche llena de excelentes gritos, unión familiar, y de generaciones completas disfrutando del último adiós.

Va a ser muy raro no ver nuevamente a estos monstruos del rock. Desde el primer segundo del concierto solo íbamos a ser parte del inicio del final, en donde cada momento tenía que ser disfrutado para mantenerlo en la cabeza, para no olvidar, y en el corazón, para no dejar de apreciarlo. Este setlist fue el último capitulo perfecto, en donde las dudas quedan aclaradas, y el cierre es inmortal. El legado musical queda intacto. Impecable presentación, llena de regalos convertidos en música. Música que marcó juventudes, y que vino a dejar en claro lo sabido. Aerosmith es la banda legendaria que extrañaremos.