Hace un par de años circulaba por las redes sociales un cortometraje de terror que tocaba ese temor que todos hemos sentido alguna vez, la oscuridad. “Lights Out” era fiel reflejo de esto, cortometraje de 2:40 minutos que llevaba este miedo un paso más allá, te mostraba la cara visible de lo que te podrías encontrar si quedabas a oscuras. El éxito de este cortometraje lo llevó a transformarse en un largometraje de la mano de su mismo director David F. Sandberg y James Wan a cargo de la producción (director del Conjuro 1 y 2, Insidious).

Lights Out o como la podemos encontrar en Chile “Cuando las luces se apagan” se centra en la historia de Rebecca (Teresa Palmer) quien cuando niña la atormentaba un extraño ser cuando se apagaban las luces, luego de emanciparse y dejar atrás todos sus temores de la infancia, descubre que su hermano menor Martin (Gabriel Bateman) experimenta los mismos sucesos de los cuales dudaba de su veracidad, esto lleva a Rebecca y Martin a investigar la verdad de estos hechos llevándolos a la casa de la madre Sophie (María Bello) quien sufre problemas de salud mental luego de la muerte de su esposo y quien esconde un oscuro secreto de su niñez que deben descifrar.

Cuando se liberó el tráiler oficial realmente me generó una expectativa gigante, ofrecía una premisa distinta a lo clásico en las cintas de terror y me causaba suma curiosidad de cómo se desarrollaría esta historia basada en un cortometraje que solo pretendía asustarnos, pero todo fue muy distinto.

La película comienza de manera muy similar al cortometraje, el recurso de encender y apagar la luz esta presente en cada momento, la trama se desarrolla rápido y sin historias paralelas o mayores intrigas, el clímax se sitúa muy cerca del final dejando un desenlace casi nulo.

La gran deficiencia la podemos notar en su guion, la historia es bastante pobre, se incluyen demasiados clichés más que utilizados en otros títulos de terror y muchas cosas que pasan sin explicación aparente, pero si no entiendes para dónde va la trama, Teresa Palmer en menos de un minuto te lo explica con los típicos flashbacks utilizados en este tipo películas, lo que vuelven la historia predecible y con falta de lógica en muchos sucesos importantes.

El punto a favor está en la dirección de fotografía (Marc Spicer) quien utilizando de buena manera las luces y colores crea un ambiente llamativo y atrayente, pero también es interesante ver como resuelve la difícil misión de mostrarnos lo que se esconde en la ausencia de luz.

Muchas veces la película tiene momentos casi cómicos, generados principalmente por las actuaciones y diálogos clichés. Esto lo vi fielmente reflejado cuando tímidas risas se escuchaban en la sala de cine, efecto contrario de lo que debería producir una cinta de terror. Debo destacar también que cuenta con algunos momentos de tensión y suspenso bien pensados, que nos mantendrán pegados a nuestro asiento.

La corta duración de la película o una historia la cual no se podía alargar más, hacen que toda la trama se resuelva en pocos minutos y de una manera bastante obvia, dejando con varias dudas al espectador. Quizás si la historia se hubiese basado más en el terror psicológico que en el asustar por asustar de seguro se hubiese transformado en un clásico, pero lo más probable que no pase de ser una película que podamos ver un fin de semana en algún canal de cable.

Ahora su director se prepara para su próxima película «Annabelle 2» la cual también contara con James Wan a cargo de la producción.