Por Felipe Gálvez

Luego de una no muy buena presentación en el Festival Primavera Fauna el 2015, Wild Nothing volvía a Chile a presentar su disco “Life of pause”. Las expectativas eran bajas, considerando que la última placa de la banda no alcanza a estar a la altura de sus dos grandes momentos (“Gemini” y “Nocturne”).

“To know you” fue la canción elegida por los oriundos de Virginia para comenzar con su tercer show en Chile, con un sonido más alejado del dream-pop de sus primeras placas, la banda jugueteó constantemente con las referencias ochenteras en clave disco de bandas como “Talk Talk” o “Duran Duran”.

Y es que “Life of pause” es un intento de dejar las capas simples de sus primeros discos para ir hacia la búsqueda de una composición más compleja, lo cual los ha llevado a enfrentarse a otro sonido que no ha tenido la repercusión ni calidad de sus primeros trabajos.

Lo que presenciamos en Sala Omnium el pasado 23 de julio es la muestra de las dos caras de Wild Nothing, la primera fue una gran demostración de por qué han ganado tantas líneas en prensa: un sonido muy fiel a sus grabaciones que se ve beneficiado en clubs cerrados (a diferencia de lo que se vivió en Primavera Fauna 2015). La segunda cara tiene relación con esta nueva etapa de la banda, que los muestra en un proceso más jugado en la composición, pero que no encuentra la claridad ni la efectividad para seducir al público.

Los grandes momentos del show tuvieron relación, precisamente, con la revisión de canciones extraídas del “Gemini” y de “Nocturne”, las cuáles gozaron de una interpretación cuidada y precisa en los detalles.

Wild Nothing ha dado un paso atrás con su nuevo material, pero al verlos en vivo queda la sensación de que sus buenos trabajos anteriores pueden, al menos, entretener y mantener vivo el espíritu del revisionismo dream-pop.