Por Carla Bagú @yodda_

Les presento a The Amity Affliction (TAA), una banda post-hardcore que nace el 2003 en Australia, conformada por Joel Birch (vocalista), Ryan Burt (batería), Troy Brady (Lead guitar), Dan Brown (Rhythm guitar) y Ahren Stringer (Bajo/vocalista). Su música trata temas desde la depresión, cómo salir de ésta, y también sobre el suicidio, pero de una manera positiva contando de que uno no está solo y de que siempre hay una salida. No son los niñitos (literalmente, porque ya son mayores de 30) que sufren porque la vida es cruel. Historia tras historia te da a entender de que el mundo no terminará mañana, la vida sigue, hay maneras y soluciones para seguir adelante.

Joel (escribe las letras), vivió episodios de alcoholismo y depresión hace unos años. Al contar a través de la música cómo fue. Se han creado tres discos increíbles al respecto. Youngblood (el mejor de la banda se podría decir) Chasing Ghosts y Let the ocean take me.

Amity luego de tocar el año pasado en el Vans Warped Tour (Festival que se hace en USA en el cuál suena mucho post-hc del momento) se han hecho mundialmente conocidos. Además es reconocida por la cercanía con sus fans respondiendo desde mails hasta pequeños mensajes en Facebook, sin olvidar twitter claro que responden todo lo que uno pregunte. Intentan ser un compañero de los malos ratos de cada fan. Bueno si para eso es la música, un apoyo inigualable. Aunque aquí no se conocen tanto. De hecho, creo que varios de uds. es la primera vez que escuchan de la banda.

Let the ocean take me es el sucesor de Chasing Ghosts, disco que hizo que naciera el éxito de la banda. Diez temas que cuentan nuevas historias sobre como seguir adelante. Claro que se menciona lo icónico de la banda, el océano (por eso el nombre del disco). Estos australianos siguen marcando pauta y mejorando tras cada albúm. Con éxitos y videos nuevos. Pittburg, Dont lead on me, Give it all, y The Wiegh down, son algunos de los temas que suenan fuerte en los reproductores de sus seguidores.

Una armonía distintiva de la banda entre la batería y la guitarra junto a los gritos que se calman cuando se anuncia Ahren con una voz más baja. Se mantiene lo típico del post-hardcore con dos guitarras y la batería que no se detiene ni por un segundo. Las letras son algo desagarradoras a lo largo de los discos, bastantes personales en las que al final siempre se encuentra esperanza.

Un detalle curioso, fuera de lo común de la banda. Fue un coro de niños que se puede escuchar en la canción Pittsburgh. Lo peor (es bueno, pero muy trágico) es lo que cantan “It’s like there’s cáncer in my blood. It’s like there’s water in my lungs and I can’t take another step. Please tell me I’m not undone. It’s like there’s fire in my skin and I’m drowing from withing. I can’t take another breath. Please tell me I’m not undone” .

Sigue sonando el estilo musical de la banda, bien fuerte y marcado en Give it all y en My father’s son. Creo que son las canciones más destacadas en lo que es post-hardcore. Las demás son típicas de la banda. No son ni tan fuertes ni tan suaves, es decir, 2.30 mins de grito, tras grito con las dos guitarras sonando, etc. Si no que todo lleva un ritmo apropiado que te hace disfrutar cada sonido en el segundo exacto. Puedes escuchar estas historias y al mismo tiempo gozar de la batería sin perderte luego lo que ocurre con la guitarra.

El disco también trae videos más pintorescos. Te muestra que quiere decir la canción con actores y todo el circo. Y por supuesto la banda tocando por ahí. Anteriormente tan solo se mostraba la banda tocando en conciertos o en distintos lugares.

Este año no tocaron en la Warped y no creo que lo vuelvan a hacer. Pero si ya van de tour en tour. Conociendo nuevos fans alrededor del mundo.
La banda promete. Seguirán escribiendo y creando puesto que aún hay mucho que contar.